Dato y Relato
Muchas empresas, pero poco emprendimiento
Ph.D. en Economía Universidad de Boston, secretario general del FLAR y docente de la UDLA. Ex gerente general del Banco Central y exministro de finanzas de Ecuador, y alto funcionario de CAF y BID.
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Entre enero y agosto de 2022, se crearon 13.179 nuevas empresas en Ecuador, un 23% más que en 2021. A este ritmo, el país va camino a alcanzar un récord histórico de constitución de más de 22.000 nuevas empresas en el presente año.
La mayoría de compañías se registró bajo el régimen de Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), establecido en la Ley de Innovación y Emprendimiento de febrero de 2020, para facilitar la formalización de emprendimientos.
En los primeros siete meses de 2022, unas 10.711 empresas, es decir, el 81% del total, se acogieron a dicha categoría.
Sin duda, reducir la tramitología, digitalizar los procesos y abaratar los costos en la constitución de empresas es un paso adelante para mejorar el clima de negocios y fomentar la capacidad emprendedora.
Sin embargo, es muy pronto para cantar victoria. Detrás de las cifras auspiciosas, se esconde una estructura empresarial frágil y asimétrica. La mayoría, tanto las nuevas como las existentes, son micro y pequeñas empresas.
Es importante distinguir el emprendimiento de supervivencia del emprendimiento dinámico. En el primer caso, se trata de actividades relacionadas con el autoempleo o negocios informales en los sectores agropecuario, de comercio o de servicios.
Los pequeños emprendedores han mostrado muy recursivos: buscan los recursos para salir adelante. Si bien son importantes para la generación de empleo y de ingresos de muchas familias, se caracterizan por su baja productividad y escaso aporte a la producción total, a las exportaciones y a la tributación.
Por otro lado, el emprendimiento dinámico identifica oportunidades de negocio con alto potencial de crecimiento e impacto nacional o incluso global.
Usualmente, se fundamenta en el uso de herramientas tecnológicas y el desarrollo de nuevos -o significativamente mejorados- productos, servicios, procesos o mercados.
Si bien estos emprendimientos pueden empezar como una pequeña operación, tienen la vocación de ser escalables y de crecer, mejorando su productividad, empleo e ingresos, e integrándose a cadenas de valor.
Las prioridades de políticas de desarrollo productivo en varios países de América Latina se han centrado en crear las condiciones habilitantes para que este tipo de emprendimientos se expandan en la región.
Lastimosamente, en la más reciente evaluación realizada por ICSEd Prodem, Ecuador aparece en la posición 56 de 60 países en cuanto a las condiciones para el emprendimiento dinámico.
Pese a enfrentar condiciones adversas, muchos emprendimientos dinámicos están avanzando en el país. Tal vez el más exitoso fue el caso de Kushki, que reseñamos hace poco, pero no es el único. Están otras experiencias como las de Shippify, Cuyana, Jobsity y muchas que están en proceso de incubación. Esto demuestra que sí se puede.
Más allá de facilitar la creación de nuevas empresas, será clave remover otros obstáculos para mejorar el entorno del ecosistema emprendedor y multiplicar los próximos kushkis y otros emprendimientos dinámicos en el país.