Movilidad sustentable, ¿estás allí?
Aprende, investiga y enseña sobre cómo interactúan los humanos con su entorno. Biólogo, profesor de la Universidad de Cuenca y cofundador de LlactaLAB Ciudades Sustentables.
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Siempre he pensado que si una civilización extraterrestre logra captar con un telescopio la superficie de la Tierra, pensaría que los autos son la especie dominante, a tal punto que ha logrado esclavizar a otra especie para su reproducción y supervivencia.
Si consideramos cómo han cambiado nuestras ciudades durante las últimas décadas, veremos cómo los lugares que antes ocupaban las personas se han convertido en espacios ocupados por vehículos.
La falta de un transporte público accesible y de calidad, las crecientes distancias, la inseguridad en el espacio público, y el modelo de ciudad centrado en el automóvil han posicionado el auto particular como si fuese la única alternativa.
En Ecuador, desde 2010, el crecimiento del parque automotor es cuatro veces mayor al crecimiento poblacional. Nadie puede negar que este aumento es insostenible.
La mayoría de las ciudades ecuatorianas están enfermas de exceso de automóviles, lo que provoca daños a la salud, pérdida de vidas humanas, deterioro del espacio urbano, pérdidas económicas, y genera más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Y esta es una enfermedad que afecta a todos, pero de la cual no todos son responsables: sólo el 32% de los hogares puede acceder a un vehículo particular, mientras que el 68% restante debe movilizarse en transporte público, a pie o en bicicleta.
La respuesta tradicional de las administraciones locales a la congestión vehicular ha sido ampliar las calles, construir pasos deprimidos y distribuidores de tráfico, pero esto solo ha generado aún más tráfico, un fenómeno que se conoce como demanda inducida.
El problema de la movilidad parece imposible de resolver, pero no es así. Cientos de ciudades en todos los continentes están demostrando que, con un conjunto de estrategias adecuadas, se puede mejorar la movilidad de forma justa y eficaz.
Bajo un esquema conocido como la pirámide invertida de movilidad, las acciones incluyen: aumentar la inversión en transporte público, mejorar las condiciones para la movilidad a pie y en bicicleta, disminuir las distancias de viaje generando barrios mixtos y compactos, y desincentivar el uso del vehículo particular.
Es un buen momento para preguntar a los candidatos y candidatas a alcaldías sobre cómo abordarán el problema de la movilidad.
Durante las próximas semanas exploraremos con mayor detalle las causas, impactos y soluciones de los problemas de movilidad, para lograr que las calles de nuestras ciudades vuelvan a ser para las personas.