Contrapunto
Meyerbeer fue a Francia para revolucionar la gran ópera
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Mucho antes que a Wagner se le ocurriera su tetralogía del 'Anillo de los Nibelungos', otro alemán, Giacomo Meyerbeer (1791-1864) ya había conquistado Francia con su Grand Opera 'Les Hugonots' o Los Hugonotes.
Una obra lírica en cinco actos, de más de cuatro horas de duración, que en menos de setenta años fue presentada en mil ocasiones en el Théâtre de l'Opéra de París, donde fue estrenada el 29 de febrero de 1836.
Con libreto en francés de Eugène Scribe y Èmile Deschamp, la ópera de Meyerbeer narra la masacre de protestantes ocurrida en Francia el 23 de agosto de 1572, en el día de San Bartolomé, aunque la masacre ocurrió de noche en las calles de París.
La historia dice que fue la ópera con la que el compositor alemán conquistó Francia, pero no fue la única.
Hubo dos intermedias antes de que cerrara su brillante carrera con otro monumento a la lírica: 'L´africaine' o La Africana, que tiene como argumento los viajes de Vasco Da Gama a ese continente.
Según las críticas, por lo colosal, 'La Africana' es el equivalente al 'Parsifal' de Richard Wagner o al 'Otello' de Giuseppe Verdi. La compuso durante los últimos meses en Francia, donde murió.
Las cualidades del compositor las resumen los críticos por la meticulosidad muy típica de los alemanes y la habilidad para adaptarse al estilo francés y al bel canto italiano.
El periodo alemán de Meyerbeer está definido por su gran amistad con el otro gran compositor romántico alemán, Carl Maria von Weber, famoso por su Invitación a la danza y por 'Freischütz' o 'El cazador furtivo'.
Trabajó con Weber que, como dijimos en un artículo anterior, fue el más alemán de los músicos y el más importante compositor lírico de ese país. Como ocurrió con otros músicos de su época, Meyerbeer se dejó llevar por el encanto y romanticismo de la obra escénica italiana.
Fue impulsado por Antonio Salieri para viajar a Italia, donde conoció a Vincenzo Bellini y a Giacomo Rossini, quienes se convirtieron en sus principales referentes operísticos.
Su primera ópera italiana, 'El cruzado en Egipto', fue el comienzo de su brillante carrera, a pesar de que la crítica la definió como una imitación de Rossini; pero la apuesta de Meyerbeer no era parecerse a Rossini, sino superarlo.
En Italia, dicen los biógrafos, cambió su nombre original de Jakob Liebmann por Giacomo y ajustó sus apellidos Meyer Beer por uno solo: Meyerbeer.
Tras empaparse de todo el romanticismo italiano, tenía claro que la capital mundial de la música de entonces estaba en Francia, que vivía ilusionada por el reciente estreno de 'Guillermo Tell', de Rossini, que fue lo último que compuso el italiano porque se retiró del ámbito musical con tan sólo 36 años.
Italia fue solo una escala en su brillante trayectoria; Francia era su destino final y Meyerbeer lo aprovechó para ratificar que París era la capital mundial de la ópera y él era el mayor exponente de la Grand Opèra.
Los argumentos de la Grand Opèra estuvieron siempre basados en hechos históricos grandilocuentes, tal como la masacre de los Hugonotes.
La puesta en escena de la obra requiere de un enorme despliegue de artistas en el escenario: siete voces repartidas entre dos sopranos, una contralto, dos barítonos, un tenor y un bajo.
El tenor, representado por el personaje Raoul es uno de los más difíciles en el campo operístico, dicen los expertos. El tenor, con notas altas difíciles, se mantiene en escena por largos periodos durante los cinco actos.
El musicólogo Roger Alier sostiene que la euforia que despertó 'Los Hugonotes' declinó a partir de 1939, pero que sus perspectivas mejoraron en 1962, con una presentación en la prestigiosa Scala de Milán.
El mismo Alier afirma que Richard Wagner acudió muchas veces en París a Meyerbeer, quien le sugirió importantes ideas, que luego fueron plasmadas por el compositor del 'Anillo de los Nibelungos' y 'El holandés errante'.
Sin embargo, argumenta Alier, Wagner atacó a Meyerbeer en su ensayo 'Das Fundentum in Musik' (Los judíos en la música) y aquí entonces hay que agregar a este artículo el origen judío del autor de 'Los Hugonotes', nacido en Vogelsdorf, Prusia, el 5 de septiembre de 1791.