Canal cero
El día en que me faltes me arrancaré la vida…
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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En fiestas, guitarreadas, serenatas e inclusive en actos escolares, los ecuatorianos habremos cantado muchas veces el pasillo 'El alma en los labios', sin saber que el autor de la letra, el poeta guayaquileño Medardo Ángel Silva, se tomó en serio su propia obra cuando dijo: "El día en que me faltes me arrancaré la vida". En efecto, se suicidó frente a su amada, que lo rechazaba.
Silva había nacido en el puerto principal en 1898 en el seno de una familia modesta. Fue un joven taciturno con una vida de pobreza y privaciones, pero muy tempranamente se reveló como un gran poeta cuando publicó su primer libro, 'El árbol del bien y del mal'.
Mantuvo una relación epistolar y de identidad con otros poetas jóvenes, los quiteños Arturo Borja y Humberto Fierro, y el guayaquileño Ernesto Noboa y Caamaño, en cuya producción se descubrían rezagos románticos y una insurgencia modernista, influenciada por los simbolistas franceses, especialmente Verlaine y Baudelaire.
Al grupo de los cuatro se lo llamó la 'generación decapitada' por la temprana y trágica muerte de tres de ellos.
La poesía de Silva está dominada por la tragedia, la muerte y los amores imposibles. Tuvo una relación con Rosa Amada Villegas, pero la familia de ella impidió que prosperara. Precisamente a ella le dedicó 'El alma en los labios', que comienza así:
Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
El poema, en el que todos reconocen su enorme calidad estética, logró cautivar a los lectores. Se volvió todavía más popular cuando el gran compositor Francisco Paredes Herrera le puso música y comenzó a ser cantado por los más notables artistas y por la gente común y corriente, que llega al clímax de la emoción cuando canta o recita los útimos versos:
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!
Dos días después de haber cumplido los 21 años de edad, Silva visitó a Rosa Amada en su casa. En la sala de esa casa, delante de ella, sacó un revolver y se disparó en la cabeza. Era el 10 de junio de 1919. Nunca se aclaró del todo el caso, pero hasta ahora se lo conoce como el del 'poeta suicida'.
Silva escribió bajo los seudónimos de 'Jean D'Agreve' y 'Oscar René'. Además de su primer poemario, publicó 'María Jesús'. El resto de sus obras quedaron inéditas y fueron publicadas posteriormente.
Sin duda, su producción más conocida es 'El alma en los labios', obra de juventud, como las de los demás de la 'generación decapitada', uno de cuyos miembros clamaba: "Me son duros mis años, que apenas si son veinte".