De la Vida Real
Risas, lágrimas y sazón: un viaje emocional de ver MasterChef Celebrity
Es periodista y comunicadora. Durante más de 10 años se ha dedicado a ser esposa y mamá a tiempo completo, experiencia de donde toma el material para sus historias. Dirige Ediciones El Nido.
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Cuando se termina una serie que se ve en pareja hay un silencio largo, días en los que no se decide qué otra serie ver. Las series unen, dan temas de conversación y son la excusa perfecta para compartir las noches, en mi caso, cuando los niños se duermen.
Y en esos días de silencio profundo y distante, sin una serie que nos acompañe, decidí leer un libro complicadísimo de entender, y el Wilson, mi marido, se dedicó a ver "El Chiringuito", un programa español donde solo hablan de fútbol, el programa más absurdo que puede existir.
Sin previo aviso, una noche el Wilson cambió de canal y puso en Teleamazonas en donde estaban dando "MasterChef Celebrity". Se quedó viendo un rato, y yo bajé el libro. El silencio seguía, pero esta vez nos acompañó la burla. Decíamos: "Qué ridiculez de programa", "mira qué falsos son todos", "se nota a leguas que filman en un mismo día más de un programa", "¿quiénes son esos famosos? Nadie los conoce". Y así pasamos una semana, luego quince días, cada vez más enganchados, cada vez más involucrados.
El silencio se fue y el ruido y las risas invadieron nuestras noches. Nos resistimos a tomar partido por algún participante, pero, en mi caso, fue muy tarde cuando la Paty Terán se fue porque su comida estaba salada, lloré. Me dio pena que el programa continuara sin ella. Y cuando Andrés Crespo fue descalificado por preparar un pollo crudo, me indigné. "¿Cómo puede continuar el programa sin el mejor?".
Pero el show continuó. El Wilson me decía que soy una ridícula por tomar partido por un participante. Ah, pero cuando le descalificaron a la Helen Quiñones él se indignó: "Los jueces son superinjustos", comentó disimulando lo involucrado que estaba con el programa.
Otra cosa que me molestaba al comienzo era el lápiz de labios que usa la Macarena Valarezo, pero ahora lo amo. Si ella fuera mi amiga le preguntaría dónde lo compró. Muero por tener uno igualito. Además, es de larguísima duración, jamás se le despintan los labios. Mi reino por ese pintalabios morado tornasol.
El silencio se fue y con el Wilson comentamos lo mal hecha que está la producción del programa porque la Erika Vélez, aparte de regia y encantadora, se le ve que muere de ganas por probar un poquito de los platos. Ella estaría en la gloria si le hacen algún día jurado.
Sí, siento un poco de angustia porque el programa ya se termina, el silencio volverá y voy a extrañar a estos personajes que nos han acompañado en esta época tan complicada de elegir una nueva serie.
Por el Pacheco, he vuelto a ver "Enchufe TV", los capítulos viejos. Cada participante tiene su encanto al cocinar, dicen chistes, se les salen malas palabras. Es un programa que, mientras más nos hemos involucrado, más le queremos.
Este "MasterChef Celebrity" no me ha inspirado a cocinar. Lo que ha logrado en mí es ver de cerca, por medio de una pantalla, a estos seres famosos y conocer quiénes son. Porque nos han compartido su vida, sus anécdotas y hasta sus intimidades. Y eso les hace más cercanos, más humanos y, obvio, mejores cocineros. También es lindo seguirles en redes y conocerlos desde su lado profesional. Sí, les sigo a todos.
Y a los jueces, que en otros "MasterChef" han sido distantes, en este les he sentido más cercanos. Me entretiene tanto como interactúan con los participantes. La Chef Caro es amiga de todos, Chef Irene es cómplice de cada cosa que hacen los cocineros. Siento que le duele en el alma tener que criticarlos, porque les quiere, les quiere de verdad. Y el Chef Rouge, tan bravo y serio, hasta ha llorado con la despedida de algunos. Sí, este "MasterChef" ha sido distinto. Se va uno de los que ya somos fans, y a la semana siguiente ya tenemos otro ídolo.
Ahora, el silencio que nos perturbaba se ha llenado de halagos, de angustia. Nunca nos perdemos un día de eliminación y por X seguimos los comentarios y, sin escribir en la plataforma, entre los dos refutamos, aportamos y esperamos al próximo programa para continuar con el chisme.
Sí, nos hemos hecho adictos y admito que me arrepiento de no haber visto desde el principio, porque durante los meses que hemos visto he disfrutado tanto la evolución de cada uno de los personajes. Ver cómo emplataban al comienzo y verlos ahora es una evolución gigantesca. Se esfuerzan de verdad, estudian y toman apuntes. Y debo confesar, también, que "MasterChef Celebrity" me liberó del silencio al dejar de leer un libro que no entendía, mientras de fondo sonaba 'El Chiringuito'.