Leyenda Urbana
El mapa político de la ministra Alexandra Vela, en una 'sociedad líquida'
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Conoce el poder al dedillo, ya que ha transitado por él desde muy joven y nunca ha dejado de observarlo y analizarlo. La política ha sido para Alexandra Vela parte esencial de su vida. Ahora tiene en sus manos la posibilidad de moldear decisiones que pueden marcar el destino del país.
Veinticinco años después de su último cargo como concejala de Quito, y tras haber sido secretaria particular de Jaime Roldós, subsecretaria de la Administración de Osvaldo Hurtado, diputada y constituyente, solo la ética política es invariable, lo demás parece un mundo diferente.
Las redes sociales han dado otra dimensión al ejercicio del poder y a la política. La gente opina de lo divino y lo profano: aplaude o descalifica.
Sin intermediaciones, se dirige a cualquier autoridad, incluso al presidente de la Nación. Solo debe etiquetarlo, en Twitter.
Abocados a la nueva realidad en ese escaparate donde se esculpe la realidad mediática, los gobernantes ni siquiera parecen tener tiempo para calibrar las decisiones; simplemente, deben adoptarlas.
Es la 'sociedad líquida', sobre la que teorizó Zygmunt Bauman y la explicó Umberto Eco.
Cuánto valor dé Alexandra Vela a las redes, al no ser usuaria de las mismas, podría definir el carácter de su gestión, aunque apenas se trate de un matiz.
Solo mirar las decisiones de alto voltaje político que ha tomado Guillermo Lasso, desde antes de asumir el poder, y también desde Carondelet, en respuesta a la opinión de las redes, confirman su transcendencia.
Esta es la escenografía en la cual Vela deberá lograr acuerdos y consensos de los que tendrá que ser protagonista y libretista, a la vez.
De la extensa lista de prioridades a tratar, podría comenzar por consolidar la mayoría en la Asamblea Nacional, que preside Guadalupe Llori, de Pachakutik, movimiento que incumplió el acuerdo legislativo, al hacerse de la Presidencia de la Comisión de lo Económico, que fuera acordada para CREO.
La empatía entre dos mujeres políticas, aunque provenientes de vertientes ideológicas distintas, será útil para acercarse a otros sectores y concordar en las leyes que el Ejecutivo necesita sean aprobadas, para cumplir el Plan de Gobierno con el que ganó las elecciones.
Otro tema urgente es el abordaje de la consulta popular, como piedra angular para enderezar el edificio institucional del país. Y para que tan pronto como se corone la meta del plan de vacunación 9/100, contra Covid-19, el Gobierno tenga un nuevo desafío que convoque al país.
Armar la consulta requerirá un trabajo de filigrana, para escoger los temas esenciales, sabiendo que eliminar al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpsccs), consta en el pedido que el Comité por la Institucionalización Democrática, hizo a la Corte Constitucional, con 300.000 firmas, y aún se aguarda respuesta.
La ministra Vela debe valorar el planteamiento de que el pueblo escoja entre la Constitución de 1998 y la de 2008, hecha por ecuatorianos de enorme prestigio y experiencia política.
En el complejo Ministerio de Gobierno hay otros temas cruciales como la seguridad, porque la violencia en las calles se ha desbordado. Y el volumen del narcotráfico amenaza la paz social.
Las cárceles tomadas por los cárteles, ante la ausencia del Estado, espeluzna. Y como el diablo está en los detalles, vigilar que funcionen los inhibidores de celulares, para que los capos no den órdenes desde adentro, es crucial, al igual que impedir se maten entre bandas.
Los ecuatorianos apreciarán también que la ministra Vela revele dónde, cómo y cuándo se incineran las toneladas de droga que decomisan en el país, por el cual pasarían, anualmente, unas 500 toneladas.
La coincidencia de que otra mujer, la general Tannya Varela, esté en la Comandancia General de la Policía, facilitará estas muy delicadas acciones de la ministra.
Por lo pronto, han hecho bien en anunciar que propiciarán que los involucrados en el colosal atraco a los fondos del Isspol, respondan ante la justicia. La apuesta debe ser recuperar el dinero.
Tarea frecuente de la ministra será desactivar las bombas que le colocarán diversos actores, en busca de protagonismo, a sabiendas de que las elecciones seccionales de 2023, están a la vuelta.
Acercarse a la Conaie de Leonidas Iza, será un objetivo del gobierno del encuentro. El puente podría ser Guadalupe Llori, vinculada al movimiento indígena.
Más complicado será neutralizar el boicot silencioso al cambio, operado desde muchas instituciones públicas, que fueron colonizadas por Rafael Correa.
También lo será controlar los incendios que ocasiona en las redes sociales, un pirómano peligroso, desde su condición de prófugo errante.
A pesar de su dilatada trayectoria, la política en la era de la 'sociedad líquida' es nueva para la ministra Vela que, en cambio, conoce desde siempre a esos personajes que hacen del paso por su curul un ejercicio de oportunismo.
Son visibles porque su piel de camaleones políticos cambia de color apenas perciben el miedo a perder ese poder. Y se mimetizan con él. Son de cuidado.