Contrapunto
Liszt transcribió para piano la Sinfonía Fantástica de Berlioz
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Entre las creaciones musicales de Franz Liszt (1811-1886) figura una transcripción para piano de la maravillosa Sinfonía Fantástica de Hector Berlioz (1803-1869), opus 14, en cinco movimientos, que fue estrenada en 1830.
Como director de orquesta, el húngaro Liszt fue un gran admirador de Berlioz y siempre promovió y difundió la obra del compositor francés.
Entre los aportes a la difusión de su música consta la transcripción para piano de la sinfonía que fue inspirada en poemas de Baudelaire adaptados de la obra 'Confesiones de un opiómano inglés', de Thomas Quincey.
Al igual que 'La Pastoral' número 6 en fa mayor, opus 68, de Beethoven, la sinfonía de Berlioz está dividida en cinco partes y lleva por subtítulo 'Episodios de la vida de un artista'.
Considerada bajo la denominación de música de programa, las cinco partes son: Ensueños y pasiones, Un baile, Escena campestre, Marcha al suplicio y Sueño de una noche de aquelarre.
La sinfonía es considerada como una de las mayores obras del romanticismo, sin embargo, la acogida que tuvo en los escenarios europeos fue discreta, por eso, según los musicólogos, Liszt se encargó fervorosamente de su difusión.
La versión pianística de la sinfonía opus 14 de Berlioz se puede escuchar completa bajo la interpretación del pianista italiano Giovanni Bellucci (Roma, 1965).
Probablemente, esta obra no hubiera encontrado mejor fortuna si Franz Liszt no la hubiese transcrito para piano, se afirma en el Diccionario de autores de Montaner y Simón.
La música de programa y los poemas sinfónicos fueron los que marcaron la enorme unión que existió entre los compositores húngaro y francés en el ámbito de la música instrumental del siglo XIX.
La musicóloga Pola Suárez anota que ese siglo vio abrirse dos corrientes que dividirían radicalmente el pensamiento romántico. En el primero están Liszt, Berlioz y Wagner; en el segundo Mendelssohn y Schumann.
A estos dos últimos compositores se sumaría posteriormente Johannes Brahms. Ambas corrientes tuvieron como sedes a ciudades europeas en las cuales la música competía por alcanzar fama.
La de Liszt, Berlioz y Wagner era Weimar; en tanto que Mendelssohn, Schumann y Brahms concentraban sus presentaciones y captaban admiradores en Leipzig.
A pesar del abismo que separaba a las dos corrientes, había un punto de encuentro: ser los herederos del tronco musical beethoveniano.
Del encuentro Liszt-Berlioz tuvo origen la música de programa o programática y el poema sinfónico, que constituyen uno de los rasgos más característicos del siglo XIX.
La rivalidad de los dos grupos se manifestaba en artículos que reproducía la prensa de entonces. Por ejemplo, Schumann decía "no sé si (Hector Berlioz) debe ser definido como un genio o como un aventurero".
En cambio, Wagner opinaba que "Hector Berlioz es el músico inmediato y el más enérgico derivado de Beethoven por la parte que éste abandonó cuando del esbozo pasó directo al cuadro verdadero".
En la Sinfonía Fantástica Berlioz desarrolla una historia musical con él mismo como personaje central; crea no solo un estado de ánimo (como en los poemas sinfónicos de Liszt), sino situaciones físicas precisas… "nada semejante se había intentado antes", anota LA Phil.
Si Berlioz impresionó a Liszt por su enorme obra sinfónica, el violinista Niccolò Paganini (1782 1840) influenció en su obra para violín e instrumentos de cuerda.
Así como Franz Liszt transcribió para piano la colosal obra instrumental de Berlioz, con las teclas extraía asombrosos efectos que Paganini creaba con su violín.
En efecto, una de las obras de Liszt, 'Estudios de ejecución trascendente' se basa en composiciones para violín de Paganini.
El aporte de Liszt al poema sinfónico fue lo más importante de su creación, además ejerció enorme influencia en músicos que vinieron a continuación: Bedrich Smetana (1824-1884), Camille Saint-Saëns (1835-1921), César Franck (1822-1890), incluso Richard Strauss (1864 1949).