Canal cero
'¡Juro por Dios y por la Patria que jamás os traicionaré!'
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Para las elecciones de 1984, la derecha se agrupó en el Frente de Reconstrucción Nacional (alianza de socialcristianos, conservadores y liberales), con la candidatura de León Febres Cordero, empresario y político vinculado a poderosos grupos económicos.
En la campaña electoral, Febres Cordero prometió "pan, techo y empleo" y le dijo a la gente: "juro ante Dios y ante la patria que jamás os traicionaré". Así triunfó sobre Rodrigo Borja.
Ya en el gobierno, Febres Cordero tomó medidas de ajuste, suprimió subsidios a artículos y servicios básicos, y fomentó las exportaciones tradicionales.
Dispuso devaluaciones y alzas de precios, congeló remuneraciones y amplió las ventajas de los exportadores.
Estas medidas reactivaron a algunos sectores, pero trajeron mayor concentración de la riqueza, aumento de la pobreza y una inflación récord. Se amplió la 'sucretización' de la deuda externa privada, con mayor perjuicio para el país.
El Presidente desconoció decisiones del Congreso, controlado por la oposición, allanó la Corte Suprema, reprimió al Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y diezmó al movimiento insurreccional Alfaro Vive Carajo, con violaciones de los derechos humanos.
Durante su segundo año de gobierno mejoraron varios índices económicos y la producción agrícola costeña, pero el descontento popular aumentó.
Febres Cordero recibió al Papa, que visitó Ecuador en 1985. Hizo una sorpresiva visita a Cuba. Pero en su política internacional se alineó con la administración de Ronald Reagan y autorizó la acción de soldados estadounidenses en territorio nacional.
Las denuncias sobre corrupción gubernamental proliferaron. Como reacción a una de ellas, la sublevación del general Frank Vargas Pazzos conmovió al régimen, pero Vargas fue apresado.
En la elección parlamentaria de 1986 y el plebiscito realizado conjuntamente, el Gobierno fue derrotado. El Congreso dictó en septiembre de 1986 una amnistía para Vargas y el líder del PRE, Abdalá Bucaram.
El Gobierno no la acató y, en enero de 1987, el Presidente fue secuestrado en Taura por soldados de la Fuerza Aérea, que lo obligaron en forma humillante a firmar la libertad de Vargas mientras derramaba lágrimas y decía "¿Qué más tengo que firmar".
El pueblo lo llamó entonces "el llorón de Taura".
Contra su palabra, Febres Cordero ordenó la prisión de sus captores. El vicepresidente Blasco Peñaherrera lo enfrentó y confirmó las denuncias de corrupción de los "entontecidos por el dinero".
En 1987 un terremoto dañó el oleoducto y suspendiéndose por seis meses las exportaciones petroleras. Un plan de emergencia afectó a los sectores populares y enfrentó al régimen con algunos grupos económicos.
Febres Cordero promovió la reactivación de la producción agrícola en la Costa y ejecutó mucha obra pública, sobre todo en Guayaquil, lo que le dio una gran base electoral.
Realizó luego una exitosa gestión como alcalde de Guayaquil. Pero la oferta de "pan, techo y empleo" no se concretó en su presidencia y el juramento a Dios y al pueblo nunca se cumplió.