Economía y Desarrollo
Lasso ganó, pero le costó, UNES se equivocó y el CAL no quedó mal
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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La inauguración de la Asamblea Nacional empezó con un acuerdo entre el gobierno entrante (Creo), su aliado electoral, el Partido Social Cristiano (PSC) y su mayor contradictor político UNES (Unión por la Esperanza).
Más allá del discurso de buscar el diálogo y la gobernabilidad, UNES se equivocó al buscar un acuerdo para sus intereses de grupo. Una Comisión que revise procesos judiciales para demostrar que sus líderes han sido perseguidos. Nada dijeron sobre los problemas de la gente: la pobreza, el desempleo, la desnutrición, etcétera.
Siendo ese el elemento de negociación que buscaba UNES, un acuerdo se convirtió en algo indefendible para izquierdas, eliminando la opción de un bloque progresista.
Nada dijeron sobre los problemas de la gente: la pobreza, el desempleo, la desnutrición, etcétera.
UNES se equivocó, al igual que en la segunda vuelta para la Presidencia, al ser incapaces de encontrarse con sectores del centro hacia la izquierda, por priorizar agendas personales, y no ser conscientes de que no cuentan con hegemonía.
El PSC, eso sí, fiel a su historial de pragmatismo político lo aceptó; y con ellos lo aceptó también el gobierno entrante.
En paralelo, Creo conformó, junto con asambleístas independientes, el Bloque del Acuerdo Nacional (BAN), aumentando notoriamente su capacidad de negociación en la Asamblea.
Al final, con BAN conformado y bajo presión mediática de 'nada con el correísmo', el gobierno entrante apostó, repitiendo la historia política del país, por faltar a su palabra.
El gobierno de Guillermo Lasso, inicia su periodo político, con una victoria en el legislativo. Tiene un bloque mayor al que obtuvo en las urnas, dos de siete miembros en el Consejo de Administración Legislativa (CAL), y un acuerdo con Pachakutik (PK) y la Izquierda Democrática (ID) cuyos alcances no están claros.
El costo para Lasso es haber perdido la credibilidad en su palabra y firma política. Lo hizo incluso antes de ponerse la banda presidencial.
En cuanto a la Asamblea Nacional, la presidencia se definió a favor de Guadalupe Llori (PK), la primera presidencia para Virgilio Saquicela (BAN) y la segunda para Bella Jiménez (ID).
Junto a ellas, cuatro vocales conforman el Consejo de Administración Legislativa (CAL): Darwin Pereira (PK), Natalie Arias (BAN), Ronny Aleaga (UNES) y Johanna Moreira (ID). El PSC se quedó sin representación.
El PSC se quedó sin representación en el CAL.
Hay que destacar que la Asamblea Nacional será presidida por una mujer, por primera vez amazónica y en representación de Pachakutik; además de que el CAL tenga mayoría de mujeres (4 de 7), y con mayoría de representantes de bloques con programas progresistas (5 de 7).
Queda por ver si esta confirmación se refleja más adelante en una agenda clara en favor de la igualdad de género y de la construcción del Estado Plurinacional. Tienen una oportunidad y una responsabilidad histórica.
La Asamblea será presidida por una mujer, por primera vez amazónica y en representación de Pachakutik.
Es importante señalar además que el CAL se conforma con mayoría (4 de 7) del acuerdo Minka por la Justicia Social y la Libertad, suscrito por PK y la ID, que es el único acuerdo definido desde una agenda programática.
No se sabe si el acuerdo con el gobierno entrante, para alcanzar esa mayoría, implicó un cambio de agenda o si cumplirán los ejes programáticos en los que pusieron su firma, y que los convertiría en el contrapeso democrático para gestionar el diálogo, pero además para poner límites al gobierno de Lasso.
En ese sentido, se verá si la mayoría en el CAL avanza en derogar la Ley de Asistencia Humanitaria, dar celeridad a la resolución de la Corte Constitucional para la despenalización el aborto en casos de violación, reconocer a Internet como servicio básico, y en ser un contrapeso real para proteger las áreas naturales de la extracción petrolera y minera, impedir la venta del Banco del Pacífico y detener cualquier intento de individualización o privatización de aspectos de la seguridad social.
Así inicia un nuevo ciclo político, hasta ahora nada nuevo, pero algunas oportunidades.