El indiscreto encanto de la política
La receta coreana para atacar la epidemia de coronavirus
Catedrático universitario, comunicador y analista político. Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca.
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Entre el maremágnum de teorías, análisis e investigaciones alrededor del coronavirus, quizá hay un elemento en el que todos los expertos coinciden: el gran trabajo desplegado por Corea del Sur para controlar el virus y aplanar la curva de contagios.
Entre la semana final de febrero y la primera de marzo, el número de infectados en Corea del Sur pasó de unas pocas decenas a varios miles. Incluso, en el peor momento se registraron más de 900 infectados diarios, por lo que el colapso del sistema de salud parecía inminente.
Sin embargo, una vez que se puso en marcha un agresivo plan de acción, en pocos días la curva de crecimiento de contagios prácticamente se aplanó, y se espera que la pendiente ya comience a caer.
Pero, ¿qué hizo Corea del Sur para controlar el virus tan rápido? Tres cosas puntuales: intervenir de inmediato, realizar tests masivos y monitorear a los ciudadanos. En ese orden.
Lo más importante: actuaron de inmediato para no perder el control. Apenas detectaron los primeros casos, los coreanos iniciaron la fabricación masiva de tests.
Durante la semana crítica de expansión de los contagios, se realizaron miles de controles para estructurar un preciso cerco epidemiológico, que permitió tener un registro de todos los pacientes infectados, así como de la red de contactos que podría estar en riesgo. Esta oportuna medida evitó la necesidad de imponer cuarentenas absolutas.
En definitiva, la clave fue la disponibilidad de tests y la capacidad logística para realizar las pruebas. Con la detección temprana, además del aislamiento focalizado, también se ha podido controlar la mortalidad, gracias a oportunas intervenciones de salud.
Por lo expuesto, esta especie de “negacionismo” -y en algunos casos quemeimportismo- que desde el inicio de la pandemia tuvieron algunos gobiernos, solo les ha hecho perder tiempo valioso. Tiempo que hoy se traduce en contagiados, enfermos y fallecidos.
Otro factor clave es el monitoreo del cerco epidemiológico. Debido a una emergencia anterior, los coreanos desarrollaron un complejo sistema de rastreo personal, que se alimenta de la información que generan los ciudadanos a través de celulares, cámaras, tarjetas de crédito e Internet.
De esta manera, al identificarse un nuevo paciente, el gobierno automáticamente puede alertar a los ciudadanos más próximos sobre las rutas y espacios que podrían ser focos de contagio.
En cualquier caso, quedan aprendizajes. Y si bien ya es algo tarde para poner en marcha un plan, mañana será más tarde.