Contrapunto
Koyaanisqatsi, el aporte musical de Philip Glass al cine experimental
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Por su dramatismo, tal vez en música para cine nada supere al poema sinfónico 'Also sprach Zarathustra' (Así habló Zaratustra), de Richard Strauss (1864-1949), sin embargo, en el género del cine experimental Philip Glass se lleva todos los elogios con la musicalización de Koyaanisqatsi, basada en la destrucción de la naturaleza.
Me dediqué durante varios meses a estudiar la música minimalista del compositor estadounidense nacido en Baltimore (1937), considerado entre los más importantes músicos del siglo XX y el XXI, pero no se me ocurrió detenerme en Koyaanisqatsi.
Hasta que encontré la referencia en la novela distópica de Mariasol Pons ‘¿De quién son estas piernas?’, Planeta Colombiana S.A., 2021. En efecto, la música de Glass armoniza perfectamente con una novela de esas características y con el cine experimental, tal como la de Strauss en ‘2001 Odisea del espacio’.
La Inteligencia Artificial (IA), que por lo general no cita la fuente de donde obtuvo la información, define a este cine como “una obra audiovisual que se basa en lo empírico y la originalidad de la narrativa para crear sensación, emoción y alteración”.
Se llama experimental, continúa IA, porque se busca explorar técnicas innovadoras tanto en el proceso del revelado fílmico, como en la narrativa o cualquier elemento que pudiera ser utilizado para plasmar una imagen, tal como ocurre en Koyaanisqatsi, estrenada en 1982.
La música de Glass y la producción cinematográfica de Godfrey Reggio (Nueva Orleans 1940) se unieron para ofrecer un filme desconcertante: Koyaanisqatsi, de una hora y veinte minutos , solo con imágenes, nada de textos o diálogos para tratar de entender a una sociedad que se autodestruye dramáticamente.
La palabra koyaanisqatsi proviene de la lengua nativa de los hopis, una etnia indígena americana de Arizona, de la que sobreviven no más de 20.000 personas, de acuerdo con un censo de 2020.
Etimológicamente y en lengua hopi, la palabra quiere decir “vida fuera de equilibrio” y muestra cómo se ha deteriorado la naturaleza por culpa de los humanos que han inventado demasiada tecnología, pero sin reparar en sus consecuencias nefastas para la naturaleza.
Koyaanisqatsi es la más conocida y la primera de una trilogía de Reggio que fuera considerada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos de “cultural, histórica y estéticamente significativa”.
En los primeros minutos del filme destaca un coro de voces bajas que se repiten una y otra vez, un hecho que se reitera en varias grabaciones de Philip Glass que, además, acostumbra a repetir acordes que en ese caso mantienen una estrecha relación con las imágenes.
Recordemos que Glass fue encasillado como uno de los mejores representantes de la música minimalista, pero la investigadora de la música Alicia Coloma de Reed asegura que el músico rechazaba esa denominación y prefería que se lo conozca como un “compositor de música con estructuras repetitivas”.
Las técnicas de la película son las mismas que se muestran en otras de similares características: flash back, imágenes abstractas, efectos visuales inusuales, manipulación de las velocidades (cámara lenta o rápida).
Durante varios minutos y mientras el coro de Glass comienza a desaparecer, transcurren varios minutos en los que se observa un cohete espacial que arroja abundante fuego y humo y se eleva hacia el espacio a una velocidad imposible de calcular.
La idea de la vida fuera del equilibrio se acentúa con imágenes de un desierto, que siempre estará desolado, y se contrasta con olas del mar y abundantes nubes; luego flores y explosiones, muchas explosiones, detonaciones de bombas nucleares.
La demolición de un conjunto de edificios en 1975 en San Luis, Misuri, bajo el sistema de implosión se supone que fue la idea con la que Godfrey Reggio comenzó a diseñar lo que siete años más tarde sería su película experimental.
En Wikipedia se lee que la obra también es conocida como ‘Koyaanisqatsi: Life Out of Balance’. La misma fuente señala que la película no contiene diálogo ni narración, pero su tono se establece mediante la yuxtaposición de imágenes y la música con tonalidades lúgubres compuesta por Philip Glass.
No encontré videos de la orquesta de Glass interpretando la obra, pero si el lector no quiere ver las imágenes y escuchar solo el soundtrack de Koyaanisqatsi puede acceder a esta grabación salida de la mente brillante del notable músico minimalista estadounidense.