El Implacable VAR
La Kings League: ¿revolución en el fútbol o puro circo?
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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La irrupción de la Kings League está provocando intensos debates sobre el futuro del fútbol. Para unos, no es más que una mamarrachada de influencers y comerciantes oportunistas, con ese monumento a la infidelidad llamado Gerard Piqué a la cabeza. Al final, Piqué también factura, Shakira querida.
Para otros, es el ejemplo de la frescura, la osadía y otros ingredientes que le faltan al rey de los deportes para imponerse en la juventud actual. Ya lo escribió el gran exjugador Ruud Gullit en su libro de 2016: los parques están vacíos porque los niños cayeron en la red de los teléfonos digitales.
La final de la Kings League, en todo caso, fue un éxito rotundo. Reunió a 92.552 personas que pagaron su entrada en el Camp Nou de Barcelona. Dos millones de personas la vieron en la red Twich. Definitivamente, algo tiene de atractivo.
El desparpajo de la Kings League
Esta liga tiene éxito por varias razones. Los partidos son mucho más cortos (dos mitades de 20 minutos). Los jugadores son siete por bando. Las reglas se parecen mucho a las que ya vimos en el auge del fútbol sala en los años noventa.
Hay cosas que parecen de show de concurso, como el inicial, con los equipos corriendo para alcanzar el balón en el centro de la cancha. O las expulsiones temporales.
Todo eso busca dar agilidad al partido, volverlo más estimulante. Aunque tiene truco: son reglas inspiradas en el polo acuático y el hockey, entre otros deportes.
También está el ambiente. Además de Piqué, un tío carismático a pesar de lo que le cante Shakira, están los 'presidentes' de los equipos. Ellos salen del mundo de los streamers como Ibai Llanos. Hay estrellas del fútbol 'de verdad', como Sergio Agüero.
Aquí, estallan las bengalas cuando se anota un gol. Las cámaras enfocan a los jugadores y los técnicos cuando discuten con el árbitro. Y aparecen enmascarados misteriosos, como si estuviéramos en una función de cachascán.
¿Esto es fútbol?
Muchos se preguntan si esto es fútbol. Aunque la pregunta debe ser si aquí está el camino del fútbol del futuro. La hipercomercialización de la FIFA convirtió a este deporte en una industria. Sin juzgar moralmente, es obvio que se perdió algo en el camino.
Antes, hace 120 años, la función social del fútbol era otorgar a la gente una sensación de pertenencia a un grupo. Compitió con los partidos políticos, las milicias y los ismos de las corrientes artísticas.
Y el Mundial es un sueño pacifista hecho realidad, con los países pugnando por lanzar balones, no misiles.
Hoy en día, muchas personas cuestionan el fútbol de 90 minutos, no solo debido a su duración, sino también porque ha dado lugar a delincuentes que se disfrazan de hinchas.
Además, la cúpula dirigente es vista con sospecha, lo que no es sorprendente considerando su historial. A veces, se da más importancia a la mercancía del club que a los valores del escudo de la camiseta.
Quizás esta Kings League termine agotándose, se derrumbe y Shakira haga un reguetón para decirle inútil a Piqué. Pero sí acertó en una cosa: el fútbol siempre debió ser divertido.