El Implacable VAR
Kendry Páez, entre el museo y el night club
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
Actualizada:
Los jugadores de la Tricolor gozaron de unas horas libres luego de derrotar a Guatemala. Y tuvieron varias opciones para ese tiempo de ocio, esencial para liberar tensiones. Un grupo quiso ir a un museo. Otro prefirió irse de compras. Y otro grupito, que todos ya sabemos quiénes lo integraban, optaron por irse a un night club. Y, Dios le perdone y le dé larga vida, Kendry Páez se fue al night club.
¡Sí! La verdadera noticia es que hubo jugadores que fueron a un museo. ¡Un museo! O sea, por estar criticando a los fiesteros, por estar pidiendo hogueras y expulsiones, no hemos reparado en que también hubo gente que rompió con el estereotipo del futbolista reguetonero y hueco, que solo tiene en la cabeza cerveza, onlyfans, videojuegos y chispún-chispún.
Al contrario, esos jugadores pudieron cotemplar las obras de Gustav Klimt, Oskar Kokoschka, Alfred Kubin y Egon Schiele. Pero no hubo nadie que viralizara sus videos.
De todos modos, no hubiera servido de nada. Es más fácil pensar que todos los futbolistas son fiesteros por un puñado de infractores, que pensar que todos son cultivados y 'gentlemen' por un grupo de admiradores de Jules Olitski.
Lo que sí es para pensar es qué pasó por la cabeza de Kendry Páez para elegir el discobar. Porque pudo optar por irse de 'shopping', y nadie hubiera reparado en esta frivolidad. Pero prefirió el camino de la juerga, de meterse en líos, de saborear el mal en Nueva York, la ciudad del pecado.
Pero también es horroroso que los personeros de la logística de la Tricolor se hayan olvidado que, después de todo, Kendry Páez es un menor de edad. Solo el hecho de viajar al exterior implica un cuidado y una responsabilidad diferentes.
Por supuesto, no hay que caer en el proverbial curuchupísmo de estar lamentándonos por los derechos psicológicos, formativos y de seguridad de Kendry Páez. Pero quizás sí es verdad que este talentoso jugador ha sido obligado a vivir con anormalidad su formación, no ahora, sino desde hace tiempo.
Hace rato que fue extirpado de las selecciones juveniles para meterlo de cabeza en la Tricolor adulta. Se perdió de ir al Mundial de menores por esta idea. Se lo ha obligado a que se foguee con los mayores, y ahora nos escandalizamos de que haga cosas de adultos. Lástima que haya escogido seguir a los adultos incorrectos como sus mentores.
Que este escándalo les sirva a él y a todos los de su círculo para reflexionar a tiempo.