Análisis Económico
Juegos Panamericanos: una participación explosiva en el siglo XXI
Licenciado en Sociología y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), tiene una maestría en Economía con especialización en Desarrollo y Política Económica de la Flacso (Ecuador), encabezó la Dirección de Investigaciones
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Los resultados obtenidos por los deportistas ecuatorianos en la edición número 18 de los Juegos Panamericanos despertaron comentarios porque Ecuador en los últimos años, y específicamente a partir de la edición de 2007, ha multiplicado las medallas obtenidas con excepción de 2019, año en que el equipo nacional consiguió menos medallas que en 2015, pero las de oro superaron a las de plata.
Pese al esfuerzo de los y las atletas, 109 y 93 –respectivamente- en 2019, y a la mejora en los puntajes o tiempos de cada competencia, la posición del país se ha mantenido en el presente siglo alrededor del puesto 11.
En las décadas de 1980 y 1990 nos ubicábamos próximos a la decimosexta posición. Se ha producido una mejora importante, aunque el mejor nivel que exhiben los y las deportistas nacionales no siempre se transforma en preseas porque en los otros países hacen los mismos esfuerzos por alcanzar más galardones.
La mejor posición obtenida por Ecuador fue la octava en 1975 con tan solo tres medallas, una de cada color, en la ciudad de México. Sin embargo, el mayor aporte de las tres medallas ocurre desde la edición de los Juegos Panamericanos de 2011; a partir de ese año la selección nacional acumuló el 63,2% de las medallas de oro, el 63,2% de las medallas de plata y el 50,6% de las medallas de bronce, obtenidas en toda la historia de participaciones en este evento.
En la última competencia el país ocupó el puesto número 11, superado apenas por República Dominicana, que obtuvo más platas y bronces que nosotros. En los tres primeros lugares se ubicaron Estados Unidos, Brasil y México.
La posición del equipo de cada país tiene una relación relativamente alta con el número de deportistas que concurren, pero también con la efectividad de las delegaciones para obtener las preseas.
En efecto, se obtiene una correlación cercana a 1 lo que indica una asociación entre las dos variables, resultado bastante obvio porque quienes asisten a las citas deportivas deben cumplir con unos requisitos mínimos que les califican para ser potenciales medallistas. Sin embargo, el número de participantes no determina por completo el resultado.
La efectividad, en cambio, está definida por el porcentaje de medallas que consiguieron los deportistas de cada delegación. Esta es una medida que indica el nivel relativo de cada país.
Cuando se evalúa esta medida se producen cambios significativos en las posiciones. Si bien Estados Unidos y Brasil mantienen la primera y el segunda, a la tercera asciende Antigua y Barbuda que ocupa el lugar de México, país que cae al séptimo lugar.
Canadá también conserva su cuarta posición, pero el quinto en el medallero, Cuba, se desplaza al noveno lugar. Cuando se evalúa la efectividad del Ecuador también tenemos una pérdida de tres posiciones en el escalafón.
¿De qué depende la efectividad? La única conclusión que podemos exponer con certeza es que no tiene relación con la forma como en economía se mide el desarrollo.
Al correlacionar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) con la efectividad, no se obtiene ninguna asociación. Una de las razones para que ello ocurra podría estar en que los deportistas, por definición, no representan al promedio de la población, cosa que sí ocurre con el IDH, pues son un grupo de personas con capacidades especiales que las desarrollan constante y apasionadamente.