En sus Marcas Listos Fuego
"Todos los jueces son correístas"
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Políticamente correcto es uno de los programas de debate más relevantes del país, donde su moderador, Carlos Rojas, con maestría, siempre consigue que sus entrevistados digan lo políticamente incorrecto.
Esto fue lo que ocurrió en su última entrega dedicada al juicio político contra el Consejo de la Judicatura (CJ), cuando Fausto Murillo, caliente por las increpaciones de Pablo Encalada, uno de los mejores penalistas del país, respondió con un hecho escandaloso: que el actual CJ no ha podido seleccionar nuevos jueces, porque todos fueron puestos por el correísmo y, cuando se deben nombrar nuevos, se los debe escoger del banco de elegibles que dejaron don Gustavo Jalkh y su caterva.
Atronador, escalofriante y descorazonador para quienes son alérgicos a la verdad y a la contextualización de los hechos.
Sostener que alguien que ganó el concurso para ser juez en la época de Jalkh es correísta, es falso. La única verdad es que ganaron el concurso en dicha época, ¿saben por qué? Porque hubo concurso. Así de simple.
Ahora bien, que determinados jueces de la Corte Nacional –hoy destituidos– hubieren sido colocados ahí como comodines del correísmo, es otra cosa.
Por ello debemos dividir a los jueces en dos grupos:
1. El de los jueces probos que están en el cargo porque lo merecen.
2. El de los jueces perros, esos que le mueven la cola a cualquier pedazo de carne.
Creer que todo juez es correísta es una falacia, es un insulto a la inteligencia. Sé que a muchos les molestará leer esto, pero lean bien: el país también tiene jueces de primera, jueces honestos, jueces preparados, jueces que merecen el cargo. Y sí, también el país tiene jueces corruptos, jueces perros, jueces carroñeros.
¿Por qué nadie publica noticias sobre los jueces honestos, sobre los jueces que resuelven en Derecho y que jamás venden su conciencia? Simple, porque esa no es la información que el público quiere leer.
Cumplir con el deber jamás ha sido un hecho noticioso, ergo, ello no se publicita. El lector promedio de noticias no quiere leer que X llegó sano a su casa después del trabajo; quiere leer que X fue descuartizado y sus restos colocados en un saco de yute. La ley de la oferta y la demanda, pura y dura.
Por ello es que lo que se publicita son los regueros de sangre, los escándalos judiciales, los Bad Bannys, los Manglaraltos. Y esos sí, esos miserables, dañan la imagen de los buenos jueces.
Tener agrupaciones humanas divididas en buenos y malos es normal. Creer que los jueces son corruptos por naturaleza, denota la alergia mortal a las bibliotecas de quien lo sostiene, así que siéntense bien, que aquí viene mi ataque, profesión por profesión. El ejercicio es el siguiente: yo coloco algunos ejemplos y ustedes continúan. ¿Listos?
¿Le parecería justo decir que todos los médicos son matasanos y mercantilistas porque existen cientos de traumatólogos que, sabiendo que una dolencia de rodilla se soluciona con rehabilitación, prefieren operar innecesariamente solo para cobrar la cirugía? ¿Sabían que existen médicos dedicados al tráfico ilegal de órganos?
¿Le parecería justo decir que todos los arquitectos son estafadores porque existen cientos de arquitectos que inflan la facturación de sus proveedores para ganar con el sobreprecio pactado en el reembolso de gastos? ¿Sabían que existen arquitectos que incumplen las medidas de seguridad en la construcción para ahorrarse gastos?
¿Le parecería justo decir que todos los periodistas son mercenarios porque existen periodistas que te cobran por empapelar y otros que te cobran por omitir una noticia? ¿Sabían que existen periodistas que te visitan con la noticia y le ponen a su eliminación?
¿Le parecería justo decir que todos los psiquiatras son miserables porque conociendo que un paciente no necesita medicación, lo sedan con medicinas altamente adictivas para asegurar de por vida el ingreso de las consultas y las recetas?
¿Le parecería justo decir que todos los empresarios son corruptos porque están dispuestos a sobornar ministros para ganar concursos públicos? ¿Sabían que existen empresarios que contratan migrantes indocumentados para ahorrarse el IESS?
Ahora continúen ustedes con los ejemplos, que son infinitos.
Ecuador ha caído en la espiral interminable del "todos son", lo cual es un error mortal. En todo grupo humano existen extraordinarios profesionales y malnacidos.
Lo mismo ocurre con los jueces. No se imaginan la cantidad de extraordinarios seres humanos y profesionales que administran justicia en el Ecuador. Aseverar que "todos son corruptos" porque entraron en la época del correísmo, equivale a decir que usted tiene pensamiento de tercermundista porque nació aquí, en la polvareda.
Pero aguanten. No les estoy lanzando la piedra, porque yo también soy culpable del mismo pecado. Por ejemplo, yo me cambio de vereda cuando veo venir a un abogado. Me da terror. Hasta veo algunos wannabes mafiosos hablar de justicia en Twitter y no sé si me dan miedo o ternura.
Y sí, la corrupción de cientos de abogados, extorsionadores de sus propios clientes, nos embarra a los que queremos arreglar el sistema con honestidad. Por eso nuestra respuesta debe ser contundente y aplicable a todas las profesiones y funciona así:
Lo que debemos hacer: exiliar, despedazar, aplastar a los que embarran cada profesión. Los buenos deben desplazarlos del mercado y así colocar la basura en su lugar.
Lo que no podemos hacer: permitirnos atacar a todos por igual, colocándolos en el mismo saco, porque cuando hacemos eso, eliminamos a malos y buenos por igual.
Ahora viene la apuesta. ¿Quién quiere apostar que esta columna recibirá respuestas como esta: "no sea ingenuo, aquí todos sabemos que en este país ningún juez se mueve sin dinero".
Al que diga eso habrá que responderle: dinero que no paga otro abogado, sino una parte procesal con otra profesión, lo que demuestra que el que tiene esa profesión siempre es corrupto. ¿Ven? A los generalizadores generalmente se los intoxica con su misma medicina.
O nos unimos para hacer composta con los excrementos o terminaremos apestando todos por igual.