En sus Marcas Listos Fuego
Jan Topic y sus talones de Aquiles
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Hola Jan. Esta columna es una carta para ti. Porque sí, ver a tantos Harvard Boys (Otto, Daniel y tú) en la papeleta me alienta a creer que tener candidatos con formación académica sin par ya no es una utopía en el país.
Por eso quiero decirte que no dudo de tus destrezas empresariales y de tus conocimientos económicos, pero sobre todo, estoy convencido de que eres el candidato más apto, teórica y empíricamente, para afrontar la crisis de inseguridad más brutal de nuestra historia, pero… le encontré un par de talones de Aquiles a tus ilusiones y hoy quiero explicarte dos ellos.
¿Es posible poner a raya a los criminales organizados y devolverle la paz al país? Coincido contigo: Sí. Y si miramos hacia el norte, vamos a encontrar a un Bukele que, métricamente hablando, ha cerrado la boca a todos.
Pero hoy te quiero explicar, jurídicamente, una de las razones fundamentales por las que Bukele tuvo éxito (estadístico).
Con Decreto 350 de 05 de abril de 2022, el gobierno del El Salvador incorporó a la Ley de proscripción de maras, pandillas, agrupaciones, asociaciones y organizaciones de naturaleza criminal el siguiente texto:
"Asimismo, se declaran ilegales los textos, pinturas, diseños, dibujos, grafitis o cualquier forma de expresión visual, plasmada en propiedad pública o privada, que explícita o implícitamente transmitan mensajes relacionados a las diferentes agrupaciones, o asociaciones criminales a las que se refiere el presente artículo, y en especial las que tengan como finalidades la de aludir al control territorial de dichos grupos o a transmitir amenazas a la población en general. De igual manera, queda prohibido a los medios de comunicación radial, televisivo, escrito o digitales la reproducción y transmisión a la población en general de mensajes o comunicados originados o presuntamente originados por dichos grupos delincuenciales, que pudieren generar zozobra y pánico en la población".
Con este texto normativo logró hacer algo mágico: que jurídicamente sea posible procesar a los pandilleros no por sus conductas (Derecho Penal de Acto), sino por lo que representan (Derecho Penal de Autor). Parecido a lo que hace Alemania cuando proscribe y penaliza el uso de la esvástica.
Esta ley ha sido piedra angular en el plan Bukele y, sin ella, para Ecuador el proyecto de vivir sin miedo se pone cuesta arriba, porque no es lo mismo encerrar a una persona por pertenecer real o simbólicamente a una organización criminal (previamente etiquetada así por el Estado) sin la necesidad de demostrar sus conductas delictivas (pasadas, presentes o futuras), que encarcelarlos por las conductas planificadas o efectivamente ejecutadas en el marco de la organización criminal.
¿Ves la diferencia? Pues es una diferencia radical. Para que no queden dudas déjame ahondar más en ello.
La justicia del El Salvador, para procesar a un pandillero, no necesita demostrar qué delitos planificó o realizó el individuo, sino que basta demostrar que un tatuaje lo asocia con una organización previamente catalogada como criminal. Ajá, encarcelan al mara por ser mara. That’s it.
La justicia de Ecuador no puede hacer lo mismo, pues aquí el "pandillero" debe haber realizado un tipo penal o planificado cometerlo para ser procesado. Es decir, nosotros no tenemos un marco normativo que nos permita encerrar a un chonero por el solo hecho de ser chonero, sino que se debe demostrar qué conductas específicas y determinadas realizó o planificó desde la organización chonera.
Entonces, tal cual dispone nuestro sistema jurídico, deberás esperar a que los delincuentes delincan para poder atraparlos o, en su defecto (para casos de asociación ilícita y delincuencia organizada), probar un concierto de voluntades para delinquir.
Ajá, no vas a poder procesar al sicario antes de que mate y cuando mate, ya será muy tarde para la familia del liquidado.
Y alguien que lea esta carta me dirá:
-Pero, Felipe, Jan tiene que copiar esa ley y listo.
Y yo responderé con franqueza:
-No, hijos míos, porque los talones de Aquiles de Topic se llaman Corte Constitucional y Poder Legislativo.
Los primeros van a regular la constitucionalidad de lo que hagas, los segundos van a intentar joderte sólo por joder.
Así que Jan, lee bien: la forma de que la 'fórmula Bukele' sea quirúrgicamente ejecutable en Ecuador es haciendo lo que él hizo: cooptando el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
Y es que ser todopoderoso, así, omnipotente y todo, trae riesgos catastróficos. Uno de ellos es que el generar un Estado normativo que otorgue poder absoluto a un tipo preparado para administrarlo con sabiduría, abre la puerta para que un sucesor lleno de basura en la cabeza abuse de él (como con ríos de sangre lo ha constatado la historia de la región).
De ahí que el Derecho Penal es, ante todo y sobre todo, el único recurso efectivo que tiene el sistema para ponerle límites al poder.
Y sí, ese es el drama que, desde las teorías de la comunicación de Niklas Luhmann, no vas a enfrentar ciudadanos, sino individuos, que no reconocen al Estado, que no hablan nuestro mismo idioma, cuyo único fin es tragarse al Estado de Derecho y con quienes no utilizas el Derecho para conversar con ellos y corregirlos, sino para neutralizarlos (si te gusta el tema, puedes leer a Jakobs).
El otro problema, Jan, es que, para combatir a individuos, la historia lo ha demostrado, normalmente hay un precio muy caro que pagar: masacrar judicialmente, de carambola, a inocentes también.
En este orden de ideas, tienes tres opciones. O te conviertes en un Correa cualquiera y acabas con la separación de poderes; o te conviertes en un Lasso cualquiera y te dejas comer, digerir y defecar por los otros poderes; o inventas una fórmula maravillosa para tener el éxito de Bukele sin acabar con el preconcebido Estado de Derecho que nos gobierna a los románticos.
¿Eres capaz de crear esa fórmula maravillosa? Yo digo que no, porque el pesimismo que cada vez me transforma más en un aprendiz sumiso de Schopenhauer me prohíbe ilusionarme. Aquí estaré esperándote Jan, con la esperanza de que me calles con guante blanco.