Dato y Relato
Jack Ma, el magnate chino a quien Lasso debió visitar
Ph.D. en Economía Universidad de Boston, secretario general del FLAR y docente de la UDLA. Ex gerente general del Banco Central y exministro de finanzas de Ecuador, y alto funcionario de CAF y BID.
Actualizada:
La visita de Guillermo Lasso a China fue una movida política audaz. Frente al boicot diplomático de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, fue uno de los pocos presidentes que asistió a la inauguración de este evento, junto a otros jefes de Estado como Vladimir Putin y Alberto Fernández.
La decisión ecuatoriana fue pragmática: China es el segundo socio comercial y la principal fuente de financiamiento bilateral del país. En la actual coyuntura, resolver algunas tensiones y fortalecer la relación económica con el gigante asiático resultaba prioritario, más allá de cualquier posición ideológica.
Adicionalmente, este guiño a China podría llamar la atención de Estados Unidos, aliado natural del Ecuador y del presidente Lasso en su relacionamiento con los países de América Latina, para lograr su apoyo en temas clave como libre comercio, las inversiones y el medio ambiente. Podría ser un incentivo para pasar de buenas intenciones a acciones concretas.
De hecho, parece haber tenido efecto: un grupo de senadores republicanos y demócratas, encabezados por Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Internacionales del Senado, acaba de presentar un proyecto de Ley para reforzar la alianza estratégica entre los dos países.
Al tener apoyo bipartidista, se esperaría que esta legislación fuera aprobada y tuviera un impacto positivo sobre la economía ecuatoriana.
Además de este ajedrez geopolítico -y de asistir a la espectacular ceremonia de inauguración de los juegos-, Ecuador fue a China con una agenda muy concreta en tres áreas: deuda, comercio e inversiones.
Hay buenos augurios, pero los resultados todavía tardarán en materializarse. El país está a la espera de conocer detalles de los acuerdos, pero para los empresarios y ciudadanos lo fundamental será pasar de anuncios macro a concreciones micro.
En ese sentido, habría sido conveniente que el presidente Lasso incluyera diálogos con empresarios chinos como Jack Ma. Sin duda, una dinamización comercial con China beneficiará a los exportadores más importantes de sectores tradicionales como banano, camarón y minería.
Sin embargo, es fundamental explorar opciones para que pequeños emprendedores ecuatorianos también puedan aprovechar las oportunidades de ese mercado. Jack Ma tiene mucho que decir al respecto.
Su historia es conocida y apasionante. Nació en plena revolución cultural comunista, aprendió inglés y fue profesor. Tuvo la oportunidad de visitar Estados Unidos, le impactó Internet y se convenció de que ese era el futuro del mundo.
Años más tarde, construyó el Grupo Alibaba, la segunda plataforma de comercio electrónico más grande del mundo después de Amazon. Es la séptima empresa más valiosa del mundo y él es la persona más rica de China.
También fundó Alipay, mecanismo de pagos digitales, y Ant Bak o el banco hormiga y la mayor fintech del mundo. Aunque recientemente Jack Ma se retiró y ha recibido algunos reveses, como la prohibición para salir a la bolsa con su banco, su grupo es un jugador clave para los emprendedores latinoamericanos.
La delegación ecuatoriana tuvo contacto con representantes de ese conglomerado. Sin embargo, tener al magnate chino como aliado directo e interesarlo en un país como Ecuador habría sido invaluable.
Y aquí un detalle adicional: pese al delirio por la sopa de aleta de tiburón entre los consumidores chinos, Jack Ma decidió prohibir su comercialización en su plataforma para proteger a los tiburones. Se convirtió en un ambientalista entusiasta.
El presidente Lasso bien podría haberle comentado de sus esfuerzos y pedirle su apoyo para proteger Galápagos.
Vender a través de AliBaba.com es toda una ciencia y un arte. Un rol clave de las autoridades de promoción de comercio exterior ecuatoriano podría ser capacitar a los pequeños y medianos productores para exportar a China a través de esta plataforma, con 26 millones de compradores que hacen 400 mil demandas diarias de diferentes productos.
Los desafíos son múltiples, desde manejar la relación en inglés, hasta mantener estándares de calidad, escala, mecanismos de pago, entrega y gestión de todo tipo de riesgos. Es difícil, pero no imposible.
Hay millones de pequeños y medianos proveedores en el mundo entero que ya lo están haciendo.