Columnista Invitado
Los intocables
Luis Alberto Elizalde Yulee, es arquitecto, cocinero y escritor.
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Representan el 7% de la población ecuatoriana, inclusive electoralmente.
Se autodenominan indígenas, aborígenes, 'originarios', aunque todos son mestizos, igual que yo, y alegan tener unos derechos ancestrales por sobre los míos, a pesar de que hay rastros de mis antepasados desde las luchas por la Independencia de Ecuador.
Ecuador, ese país que no respetan ni lo sienten como patria, que no consideran su nación porque lo suyo es el Tahuantinsuyo.
La frustración centenaria los ha llevado a fantasear con un estado utópico, irreal, mezclando anhelos de ideologías comunistas con desconocimiento histórico.
Parecen ignorar que el incario de la pacha mama era un régimen monárquico y autocrático, con tributos obligatorios, esclavos o pinacunas quitos, cayambes, cañares, y una estratificación social vertical a favor de una elite privilegiada por derecho solar.
Esa nación que pretenden solo existe en su imaginario.
Pero, para conseguir esa fantasía, están dispuestos a destruir al país en el que viven.
Es sobre las cenizas de Ecuador y de sus instituciones que sueñan construir su nueva sociedad indoamericana, inclusive empleando la violencia y la barbarie, como proclama Leónidas Iza en su panfleto 'Estallido'.
Para él y otros oscuros personajes, el vandalismo incendiario, saqueador y abusador de octubre 2019 fue una gesta heroica digna de ser repetida.
Ignorancia atrevida y mal intencionada que confunde litros por galones, que pide condonar deudas con la banca porque su costumbre es incumplir los compromisos y nunca han arriesgado para crear empresa.
Viven del Estado que aborrecen, pero emplean a toda la familia a su costa.
Se ven intocables porque una Constitución mal pensada, contradictoria y segregadora, que privilegia derechos de minorías sobre los de las mayorías, la Carta Magna de 1998 faculta a los pueblos indígenas a administrar justicia de conformidad con el derecho consuetudinario propio de sus comunidades, "…una práctica general aceptada como derecho cuya existencia es independiente del derecho convencional…".
Pero, como mucho de lo que hacen nuestros honorables y facilistas políticos, se trata de leyes sacadas del Rincón del Vago, pues no existe ningún estudio serio, antropológico o histórico documentado sobre esas prácticas como para considerarlas derecho.
Tienen razones para verse intocables si sus desafueros son premiados con amnistías, que responden a intereses protervos de políticos conspiradores o corruptos que buscan llegar al poder por las tranqueras y asegurar que su 'llacta' no se toque.
Una Asamblea que condena la detención de un terrorista irredimible, porque conviene a su visión cortoplacista y golpista.
Tienen razón en pensar que son intocables cuando se oye responder a un taimado ministro de Gobierno ante la pregunta de si va a judicializar a Iza por sus declaraciones sobre "hacer caer" al gobierno y las de Vargas sobre dejar al país sin petróleo para ver qué hace, responde tartamudeando que hasta que no haya "flagrancia" no se ha constituido delito.
De Ripley. ¿Qué espera? ¿Que se tomen los pozos petroleros y el gobierno caiga para judicializarlos? Bueno pues, ya casi…
Menos mal que Lasso es como es y no tiene problema en cambiar de parecer en medio camino. Ordenar la prisión del cabecilla del poncho sangre fue un acierto, ya que por fin privilegió la ley sobre el miedo.
El deber ser sobre la cobardía y el cálculo político de asesores medrosos.
Si la Conaie y su tribu quieren que sus postulados se acepten, deben lograrlo ganando elecciones. No tienen derecho a imponer sus ideologías a la fuerza.
Para eso es la democracia…