Firmas
El informe Nolan (o los 7 principios de la vida pública)
Abogado y escritor. Ha publicado varios libros, entre ellos Abraza la Oscuridad, la novela corta Veinte (Alfaguara), AL DENTE, una selección de artículos. La novela 7, además de la selección de artículos Las 50 sombras del Buey y la novela 207.
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En la década de los 90 del siglo pasado, una serie de escándalos en la administración pública sacudieron al Reino Unido. El principal fue aquel en que se denunció que algunos diputados cobraban a empresarios e interesados por llevar sus inquietudes al parlamento.
Se destapó una realidad ajena al bien común, en la cual los representantes elegidos por la gente dejaban de lado sus obligaciones y se dedicaban a responder a intereses no necesariamente comunes, ni éticos.
Entonces en 1994 se creó un Comité con 10 miembros, presidido por Lord Michael Patrick Nolan. Su misión fue recomendar modificaciones legales que afiancen la conducta de los representantes públicos en todas las áreas de la administración.
El informe, contundente y articulado, se recogió en el Reino Unido y también se volvió famoso en una buena parte del mundo, y es una excelente guía para cualquier país. Y creo que es un muy buen resumen de las aspiraciones de cualquier elector sobre sus candidatos, de cualquier persona que somete sus intereses ante la justicia, o de lo que esperamos de las acciones de un ministro o funcionario público en general.
El informe Nolan, encargado por el Primer Ministro conservador, John Mayor, se resume en una lista de 7 principios que deben cobijar al funcionario público, y son estos:
1.- El funcionario público debe actuar solamente en función del interés público.
2.- Debe evitar situaciones de influencia indebida en su trabajo, así como no beneficiarse, ni a sus familias o amigos, con sus actuaciones.
3.- Debe decidir imparcialmente.
4.- Debe ser responsable ante el público y estar dispuesto a someterse al escrutinio.
5.- Debe actuar de forma transparente.
6.- Ser sincero.
7.- Ser un líder a partir de su propio comportamiento que refleje los principios anteriores.
Personalmente creo imperativo salir de la subjetividad en que nos movemos en la medida de lo posible. Esta tendencia a la subjetividad es la carne de la que se alimentan los discursos populistas y hasta las campañas de noticias falsas. Quienes quieren convencerte de algo falso, nunca apelarán a un hecho, sino a una mentira o a una opinión apoyada en las emociones.
Así, tomando en cuenta estos principios o conductas que han sido listadas por la Comisión Nolan, y que en el Reino Unido tuvieron éxito, podremos preguntarnos con un poco más de orden, si el político que nos genera confianza, ¿los cumple?
Aquel que detestamos, ¿los cumple? ¿Los Ministros, Magistrados, Fiscales, Asambleístas, Alcaldes, Prefectos, etcétera? ¿Los juzgamos con objetividad o pasión? ¿Guían nuestro pasos, son modelos de conducta?