Al aire libre
Ilaló Volcano Trail: porque cada vez hay menos montaña
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Desde que tiene memoria, Juan José Reyes, de 28 años, ha subido a la montaña. Fue el ecuatoriano más joven en correr los 119 kilómetros de la TDS, una carrera legendaria en el Mont Blanc, Francia. Además, ganó en su categoría.
“He corrido de todo y me encanta. Quiero que la aventura se siembre en el país", dice Juan José, "que el trail se convierta en un deporte desde chiquititos. Casi no hay interés en los niños y jóvenes, todo el enfoque es para la élite”.
Por eso creó la carrera Indominus Trail Series para niños desde los tres años. También formó un club de aventura en su colegio y la universidad y ahora, que es profesor del Liceo del Valle, dicta clases de aventura.
La aventura es una industria cotizada en el mundo. Materias como marketing y administración del turismo de aventura, manejo de áreas protegidas, rescate, kayak, escalada en hielo y roca, navegación, vida salvaje, y otras, dan como resultado a especialistas en recreación y protección de la naturaleza.
“Tengo un emprendimiento, Epic Ecuador, que es un centro de entrenamiento", -comenta Juan José-, "el objetivo es transmitir el gusto por el deporte, por la montaña, no para enfocarse en los resultados, sino en hacer lo que a uno le gusta”.
A este deportista lo conocí en la carrera Ilaló Volcano Trail que se corrió hace poco. Él y su equipo de organizadores comentaron en un Zoom previo a la competencia:
“Este volcán está con muchos problemas urbanísticos, cada día hay menos senderos, más mega proyectos donde ya no te dejan pasar. Queremos despertar la conciencia de los ciudadanos y que reaccionen porque cada vez hay menos montaña”.
Explicaron que la carrera nació con un plan de reforestación donde cada corredor siembra su árbol de pumamaqui, aliso o wila, en total 500 plantas.
“No es que se acabó la carrera y ya está, queremos que vayan a ver cómo está su arbolito, cuidarlo, asegurarse que crezca”, señaló Lago Baroni, director de ruta.
En la medalla está escrito "historia -cultura - leyenda – montaña" porque en Ilaló están los primeros asentamientos del hombre del Ecuador; allí existe una identidad cultural con caminos y túneles ancestrales. Matías Ilaló es un guardián de los tesoros ocultos, según cuenta la leyenda.
Finalmente, está la protección de los animales que habitan el volcán: la serpiente -que no es peligrosa-, los zorros, armadillos, raposas, búhos y muchas aves, mariposas, otros insectos, anfibios.
El día de la carrera, las comunidades que viven en estas tierras nos dieron paso y la comuna La Toglla se preocupó de que haya parqueaderos y comida para la llegada.
“Tuvimos el mejor nivel de atletas del país y participaron varios corredores de la zona que se integraron y quedaron felices de estar en algo distinto. No hubo nada de bebidas alcohólicas, fue una fiesta diferente que les gustó”, dijo Juan José.
Señaló que se intenta generar turismo sustentable, que la gente vaya a caminar, que conozca los senderos y que los comuneros cuenten historias. “Lo que a ellos les sirva, nos sirve a todos pues se cuida el Ilaló que es el único pulmón de los valles de Quito”, dice.
Y continúa: “Yo creo en las leyendas, me han pasado cosas raras en esta zona. Esta vez el lugar me llamaba, por meses exploré el cráter y me gustó. Tiene vertientes, el bosque nativo, senderos antiguos. Con un mapa me metí gateando por la ruta y vi que se podía transitar”.
Momentos antes de largar, hubo el ritual de permiso a la montaña. Sentí la emoción de estar en el cráter del Ilaló, dispuesta a atravesar ese ‘Valle Ancestral’ como lo llaman.
Corrí, caminé y sufrí los 14 kilómetros y cuando cayó la noche, bajé trotando con mi linterna frontal por los chaquiñanes y culuncos dentro de una columna iluminada como si fueramos luciérnagas.
“Había llovido los días anteriores, comentó Juan José, y de pronto se abrió un clima excelente para los corredores, una energía especial nos acompañó, no hubo accidentes, solo unos pocos lastimados y tronchados”.
Se puede generar recursos sin hacer daño, sin construir, viviendo a tope.