Con Criterio Liberal
Desconocer cómo funciona la economía también crea pobreza
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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La ignorancia acerca de la economía tiene consecuencias económicas. Es algo muy específico que no ocurre con otros ámbitos del conocimiento.
En las sociedades avanzadas son cada vez las cosas que utilizamos y que desconocemos. Prácticamente, ninguno de nosotros sabe cómo funciona nuestro celular u ordenador. La programación, los materiales o la electrónica que tienen. Pero eso no impide que los usemos.
Tampoco sabemos casi nada de cómo se elabora nuestra ropa, cómo funcionan los sistemas de transporte, los electrodomésticos o la cadena de comida.
Y esa es una de las grandes ventajas del mercado globalizado, nos permite a cada uno, ignorantes de casi todo, aprovechar los conocimientos especializados de los demás.
Sin embargo, en economía, el desconocimiento de una sociedad de cómo se produce la riqueza termina causando que se produzca menos riqueza, pues se apoyan discursos y se vota por opciones que empobrecen a la sociedad, por políticas que dificultan la creación de riqueza.
El anuncio de la llegada a Ecuador de una marca de ropa internacional ha levantado los prejuicios de una parte de la sociedad, basados en la ignorancia sobre cómo funciona la economía.
Parecen no entender que la producción de casi todo en el siglo XXI es una cadena global. Que el fruto puede crecer en un árbol en Ecuador, pero que los insumos como los fertilizantes, la maquinaria o los embalajes son importados.
En suma, que el proceso de transformación se puede hacer en otro país para venderse en otro continente.
Parecen creer aún en las sobradamente demostradas falsas teorías de la CEPAL que, desde los años cincuenta del siglo XX, promovían la 'sustitución de importaciones' y dieron como resultado empresas estatales ineficientes y corruptas y menos oportunidades para los latinoamericanos.
Es triste y sorprendente cómo la mayor parte de los ecuatorianos desconoce todo sobre los procesos productivos de las principales industrias del país.
Los estudiantes de los colegios de la Sierra no van a Cayambe a visitar la industria florícola, a ver y aprender de la abrumadora belleza de los colores de las flores, la inversión que suponen los invernaderos, la investigación genética que hay por detrás de cada nueva variedad de flores.
Y los alumnos de la Costa deberían acudir a visitar las camaroneras, las bananeras o las plantaciones cafetaleras, cada una de ellas con sus retos, su interés y sus particularidades.
Si no conocemos lo que crea la riqueza, las dificultades de la función empresarial, de la competencia en los mercados, es imposible que valoremos los productos y que apoyemos las políticas que permitan una mayor producción, más competencia y más creación de riqueza.