Con Criterio Liberal
La ignominiosa situación de los orfanatos en Ecuador
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
Actualizada:
La ignominiosa situación de los orfanatos de Ecuador es uno de los asuntos más dramáticos de cuántos dramas hay en este país a día de hoy.
Son más de 3.000 menores de edad que están bajo la custodia del Estado, en unas condiciones lamentables.
Hay quienes están en los orfanatos temporalmente, a la espera de que un juez decida su adoptabilidad, en situación coyuntural… pero más del 10% de ellos está a la espera de que se les asigne una familia de acogida, y los arbitrarios, absurdamente largos, complicados, inhumanos y demenciales procedimientos administrativos, impiden que puedan tener una acogida.
Si toda tramitología nos fastidia con sus retrasos, su trato despótico y sus incomprensibles procedimientos, imagínense cuando lo que está en juego es la vida de un niño.
Que unos procedimientos burocráticos sean lo que se interpone entre unos niños que quieren una familia, y una familia que quiere a unos niños; es una injusticia que clama al cielo e indigna a cualquier ser humano.
Desde hace más de 15 años se lleva solicitando que se agilicen y racionalicen estos trámites, sin embargo, nada se ha logrado.
Mientras, miles de niñas han pasado su infancia en orfanatos, miles de padres han envejecido sin poder acoger a esas criaturas, ofreciéndoles amor y apoyo. Es tan, pero tan, indignante.
Es evidente que hay que afrontar este problema, y que lo haya hecho el Ministro Bernal junto a la primera dama María de Lourdes Alcívar es digno de celebrar y de apoyar.
Sin embargo, ya se ha intentado en el pasado solucionarlo, con nulos resultados. Siguen esos criterios que impiden a personas de cierta edad, a parejas homosexuales, a extranjeros, etcétera, adoptar en Ecuador.
Hay que abordarlo con determinación. Reduciendo los plazos jurídicos, ampliando recursos, haciendo convenios de adopción internacional y, sobre todo, velando por el interés superior del menor. Que no es, evidentemente, estar en un orfanato, sino con aquellos que le quieran recibir en sus familias.
También hay que considerar distintas figuras jurídicas, como podría ser el acogimiento, por el cual una familia o institución se hacen cargo temporalmente de algunos niños o adolescentes, sea hasta que se resuelva su situación jurídica, sea por fines de semana y vacaciones o temporadas. Necesitamos implementar soluciones. Muchas, distintas y urgentes.
Sorprende, de hecho, que este tema no sea objeto de discusión social, de análisis general, de indignación popular.
Hago un llamado a aquellos que, como yo, consideramos el aborto un mal a evitar. Si se logran unos procedimientos de adopción ágiles, se podría ofrecer una alternativa a aquellas mujeres que, estando embarazadas, consideran abortar pues no pueden hacerse cargo de la criatura.
Una administración más eficaz, que pueda otorgar el niño o niña en adopción, al poco de nacer, a familias que estén esperando acogerlo daría una esperanza para continuar con su embarazo a estas mujeres.
Creo que no puede haber causa más noble que luchar contra la burocracia para intentar salvar vidas humanas.