Iluminaciones
La hora de las decisiones ha llegado para Ecuador
Economista y periodista. Trader de commodities, índices y monedas.
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Cuando las cosas andan mal, las sociedades tienen tres opciones: ignorar el problema y seguir como si nada ocurriese; reconocer el problema, ponerlo sobre la mesa y encontrar una solución mediante el diálogo; optar por la protesta o la disidencia, si ese diálogo no se produce o si la solución es insatisfactoria.
Albert O. Hirschman bautizó a estas tres estrategias genéricas como 'seguir', 'vocear', y 'salir', en su ahora clásico libro 'Exit, Voice and Loyalty', escrito en 1970.
Las reflexiones de Hirschman vienen a cuento porque nos permiten entender mejor las disyuntivas a las que se enfrenta el Ecuador, ahora mismo.
La primera estrategia –ignorar el problema y seguir como si nada ocurriese– es una alternativa impensable porque los problemas –sanitarios, económicos y sociales– que sufrimos son tan graves que es imposible soslayarlos.
La segunda alternativa –encontrar soluciones a los problemas mediante un diálogo abierto– no ha sido suficientemente entendida por el Gobierno, los partidos políticos y otros gremios y grupos sociales.
Cada uno de ellos se ha limitado a apuntar –a 'vocear'– los problemas y las deficiencias existentes, sin que exista, como contrapartida, una verdadera disposición para encontrar una solución conjunta a esos problemas.
El riesgo de 'vocear' los problemas sin que se produzcan soluciones consensuadas es que se polarizan las posiciones de los distintos actores políticos, forzándolos a contemplar la protesta y la disidencia como la única estrategia posible y hasta deseable.
En algunos casos, la protesta y la disidencia se constituyeron en poderosos agentes de cambio que permitieron el advenimiento de gobiernos más abiertos y democráticos.
Sin embargo, en el caso ecuatoriano, está claro que la protesta y la disidencia solo terminarán por hacer colapsar al débil régimen democrático que tenemos.
Por esta razón, los diferentes protagonistas de este conflicto deben entender que el diálogo y las soluciones políticas viables son la única opción conveniente y deseable para todos.
Más allá de los intereses puntuales que cada facción pueda tener, es importante que toda la sociedad identifique los problemas puntuales que debemos resolver.
Salvar vidas y salvar empleos podrían ser los dos grandes ejes a partir de los cuales deberíamos construir una agenda de trabajo conjunta.
@GFMABest