El hombre que firmó la paz
Pablo Cuvi es escritor, editor, sociólogo y periodista. Ha publicado numerosos libros sobre historia, política, arte, viajes, literatura y otros temas.
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En su columna de El Universo, Alfonso Reece recuerda que hoy se cumplen 80 años del traumático Protocolo de Río que tanto afectó al país. Tras la firma de la paz, lo que impresiona a Alfonso es cuán rápido se disolvió un asunto que parecía clave en la conformación del ser nacional y ahora solo interesa a los historiadores.
Sospechando que eso iba a pasar, decidí entrevistar en caliente, a fines de 1998, a los principales protagonistas de las negociaciones de paz, empezando por los presidentes Jamil Mahuad y Alberto Fujimori y al canciller José Ayala Lasso, que venía conduciendo el asunto desde el gobierno anterior y fue quien firmó los Acuerdos de Paz en Brasilia.
Por desgracia, el libro ‘Al filo de la paz’ salió de imprenta el mismo día en que Mahuad congeló los fondos de los ecuatorianos y generó tal catástrofe que la mañana siguiente a la gente le importaba un pito esa paz que tanto trabajo había costado.
Ese no era el caso de José Ayala Lasso, cuya vida estuvo marcada por el conflicto limítrofe desde el origen, pues nació el 29 de enero de 1932, exactamente diez años antes que el Protocolo, de modo que hoy cumple 90 años.
Eso lo sé porque en 2019 emprendí con él una serie de entrevistas sobre sus primeros años, sus estudios en La Salle y en la PUCE, su experiencia como embajador en Lima en los años 80 y, luego de un brillante paso por Naciones Unidas, el retorno al mando de la Cancillería cuando Ecuador ya había reconocido el Protocolo que tantos años negó inútilmente.
Con fotos sobre su vida, sus misiones y sus encuentros con los principales políticos de finales del siglo XX, ‘José Ayala Lasso. La diplomacia y el poder’ cosechó aplausos y comentarios… pero digitales, pues otra vez la fatalidad había metido la mano y el libro apareció en medio de la pandemia.
Si el excanciller estaba predestinado para resolver el conflicto territorial, mi aporte consistió en hacer libros con él pues, además, cumplí las funciones de editor de su obra histórica: ‘Así se ganó la paz’, que, ella sí, circuló airosamente en 2009 y es un gran antídoto contra la desmemoria nacional.