El Implacable VAR
Los hinchas no van al estadio, ¡y cuando van, los echan!
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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En Ecuador, los clubes de la LigaPro ya no saben qué hacer para meter hinchas a los estadios. No hablo de partidos de definición, que siempre atraen a los noveleros, sino de los partidos regulares. El Campeonato de Serie A se disfruta -se sufre- en una pantallita de celular y no en la amplitud de una grada abarrotada de gente y banderas.
Lo óptimo, para el espectáculo y el presupuesto, es que cada fecha exista una asistencia razonable, que se vean pocos espacios vacíos en los graderíos. Pero la realidad es que el estadio lleno es tan exótico como un político honesto.
Ni siquiera un equipo popular como Barcelona logra convocar a su hinchada todo el tiempo. A veces, como ocurrió en el partido con Libertad, el ídolo del Astillero juega en soledad. Y ya dijimos que, hace rato, Barcelona dejó de ser el imán taquillero de otras épocas.
Lo peor es que, cuando la gente se acerca, cae la lluvia y se suspende el partido, porque el Reglamento lo escribió alguien que no conoce que, en este país -y en la vida-, llueve pero luego escampa. ¡Qué les costaba esperar un poco, en honor a los empapados hinchas!
Hinchas y gradas vacías
Mucho se ha debatido sobre las causas de las gradas vacías. Por ejemplo, los horarios que impone la televisión no siempre se ajustan a las tradiciones específicas de cada comunidad.
Los cuencanos aman ir al estadio los viernes de noche, pero a veces el Cuenca juega los lunes. En Quito, las masas prefieren el mediodía o la tarde del domingo, pero se juega un sábado de noche, cuando el transporte público se ha esfumado. Y así. La transmisión, generalmente, tiene prioridad.
La crisis de violencia e inseguridad del país también es un factor determinante. Y ahora está el nuevo impuesto que el Gobierno, siempre tan genial, le puso al fútbol, lo que encarece el boleto. Ser hincha de grada es un lujo gracias al golazo del SRI.
Es verdad que la crisis de asistencia también se la vive en otros países. En Inglaterra, por ejemplo, existe un 'apagón televisivo' los sábados de tarde, para incentivar al fanático a desperezarse e ir al estadio.
En Italia, la afición del AC Milan realizó una protesta pública para que se rebajen los precios de las entradas... ¡A los hinchas visitantes!
Pero urge que los clubes de la LigaPro reflexionan sobre el tipo de industria que realmente desean construir. Si la pantalla es la máxima prioridad, pues no hay problema: demolamos los estadios. Para qué sostener esas enormes estructuras si basta la mera cancha, un camerino y un puñado de gradas desmontables para los que aman ver el fútbol en directo, que son pocos.