Matrix política
¿Cómo ganar la posconsulta? Aquí, siete caminos
Consultor Político con 20 años de experiencia en campañas electorales, comunicación de Gobierno y gestión y management de la crisis. Catedrático universitario y conferencista en varios países de América Latina y en España.
Actualizada:
Desde hace un buen rato, más específicamente desde que las redes sociales irrumpieron en el panorama político mundial, los consultores políticos hemos acordado tácitamente que el tiempo que sigue a un debate, una campaña o una consulta popular, es casi tan importante (a veces incluso más) que el resultado que estas hayan obtenido en las urnas.
No es en vano que rápidamente los contendores de esta Consulta del domingo 21 de abril, salieron a tratar de ganar la narrativa.
El Gobierno, de su lado, señalando que el resultado (9 a 2) fue una auténtica goleada apelando a la metáfora futbolística. Y del otro lado, y aunque parezca inverosímil, hubo gente que dijo que 2 es más que 9 (porque las preguntas que perdió eran -sic- las joyas de la corona para el Ejecutivo) aunque todos sabemos que los que perdieron realmente fueron los millones de ecuatorianos que están desempleados demostrando que ellos son lo menos importante para el populismo atrasapueblos cuando de buscar boicotear al Gobierno se trata.
Sin embargo, estas victorias son coyunturales y extremadamente volátiles. Para eso (y esta es la parte en donde la Consultoría Política se vuelve fascinante) es necesario trazar toda una estrategia que se nutre de algo que es de diametral importancia y que muchos lo descuidan por falta de inversión, por poco conocimiento o directamente por pereza mental: la investigación.
Y es que solo los datos duros y no las percepciones (por más experiencia o pergaminos que se tenga) son los que deben guiar la estrategia, las oportunidades de mejora y el aprendizaje organizacional para con estos elementos intentar ganar la siguiente campaña. Es la data la que marca el camino, no los años, no las percepciones, no el olfato. Hay que usar más las ciencias exactas y menos la retórica.
Como lo había ofrecido en el título de este texto, aquí siete pasos de carpintería político-comunicacional para hacerlo:
1.- ¿En dónde ganamos? Análisis de los lugares en donde se consiguió la victoria y diseño de los mensajes para reforzar ese triunfo. Para voto duro, semiduro y blando. Fidelizar lo conquistado y agradecerle.
2.- ¿En qué preguntas se perdió? Análisis absolutamente cuali (calidad de respuestas) para identificar razones y entender mejor la derrota.
3.- Georreferenciación de la victoria y de la derrota. Provincias, cantones, parroquias para un análisis más minucioso que se encargue de cruzar variables sociodemográficas y económicas. Entender mejor los lugares, los segmentos etarios y los niveles socioeconómicos de los votos.
4.- Análisis cuali y cuantitativo de la llegada de mensajes. ¿Qué mensajes llegaron y cuáles no? ¿Por qué no llegaron? ¿Cómo mejorarlos? ¿El lenguaje fue el adecuado? ¿El tono?
5.- Análisis cuali y cuantitativo de las herramientas utilizadas. Las herramientas, ¿fueron las correctas? ¿Hubo un buen balance? ¿Hay que mejorar el énfasis en alguna? ¿Es ya la era del TikTok y punto?
6.- Análisis semántico/semiótico de las narrativas ganadas y las narrativas perdidas. El storytelling de cada pregunta ¿era el adecuado? ¿Impuse mis narrativas o las impuso mi adversario? ¿Cuánto influyó en la victoria/derrota?
7.- Conclusiones y oportunidades de mejora en todo: estrategia, vocerías, mensajes y herramientas.
Aprendizaje y siguiente campaña.
Es una alucinante profesión la consultoría política. No me equivoqué nunca al escogerla.