Canal cero
Héroes populares de la Tri
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Héroes y heroínas del Ecuador
Después de cada triunfo y de la participación en el campeonato mundial de futbol de 2002, la gente recibía como a héroes a los jugadores de la selección nacional, popularmente llamada “la tri”, porque sus uniformes replican el tricolor amarillo, azul y rojo de la bandera ecuatoriana.
Eran grandes manifestaciones espontáneas. Por años, aunque el fútbol fue un deporte de masas, Ecuador no pudo clasificar para un mundial. En 2002, sin embargo, lo hizo luego de un largo proceso.
Los encuentros eran transmitidos por la televisión y paralizaban al país. Oficinas, establecimientos educativos, bares, restaurantes y hasta el transporte, se centraban en la transmisión de los partidos.
Por días, semanas enteras, la gente salió a la calle con la bandera tricolor y atuendos amarillo, azul y rojo. Muchos se pintaron la cara y el cuerpo con esos colores. Era frecuente ver que hasta personas desconocidas se estrechaban las manos para “hacer fuerza” o se dieran abrazos de felicitación.
Era la primera vez en años que la población nacional se identificaba masivamente con la patria y su bandera como símbolo, que se transformó en elemento central de la identidad de un país que soportaba la más profunda crisis en décadas.
Para los ecuatorianos, que habían sufrido el empobrecimiento acelerado, el desempleo, los efectos de la migración, el robo de sus ahorros en el llamado “feriado bancario”, la reducción radical de su poder adquisitivo con la dolarización, los éxitos deportivos eran la única buena noticia en años y la asumieron como un calmante para la depresión económica y sobre todo anímica.
Después de tanto desastre, del fracaso de los líderes nacionales, políticos y banqueros que llevaron al país al abismo, la “tri” permitió a la gente recobrar la confianza y la dignidad. Era una muestra de que no éramos un fracaso en todo y había cosas que podíamos hacer bien.
Mientras los poderosos habían desatado la crisis y la caída de autoestima nacional, un grupo de jóvenes del pueblo, los integrantes de la “Tri”, le habían dado al país una prueba de confianza.
Entre ellos, la mayoría eran deportistas negros, venidos sobre todo del valle del Chota y de Esmeraldas, precisamente de las zonas más pobres del país, azotadas por el desempleo y la falta de educación y salud.
Sin condiciones mínimas para entrenar lograron lo que en otros países hacen solo deportistas que se preparan en las mejores condiciones. Era paradójico que la patria, que había sido hundida por los grandes, la hubieran reivindicado los más pobres, sobre todo los negros que eran “invisibles” en el escenario nacional.
El director técnico, el “gran capitán” Alex Aguinaga y los jugadores de la selección se convirtieron en celebridades. La mayoría siguieron siendo estrellas deportivas, aunque uno que otro hizo malos negocios, se metió en política, fue manipulado por el correísmo e hizo un papelón en la Legislatura. Pero por su acción en la “Tri”, todos son considerados héroes por el Ecuador profundo.