Canal cero
Los héroes del Cenepa
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Héroes y heroínas del Ecuador
En enero de 1995, Perú, arguyendo que ocupaban su territorio, atacó destacamentos ecuatorianos en el valle del río Cenepa, al sur de la Amazonía, en la zona no delimitada de la frontera establecida por el Protocolo de Río de Janeiro (1942).
El 24 de enero Perú movilizó sus tropas. El 25 Ecuador militarizó la Cordillera del Cóndor, territorio en litigio. El 26 de enero murió por una bala peruana el soldado Vicente Arnulfo Rosero Palacios, primer héroe de la guerra. El 26 de enero, el Grupo de Fuerzas Especiales N.º 26 del Ejército ecuatoriano derrotó a una patrulla peruana que intentaba construir un helipuerto en el área del Cenepa.
El 28 de enero fuerzas peruanas atacaron posiciones ecuatorianas en la cabecera del Cenepa. Fueron repelidas. Se iniciaron combates aéreos. Los días siguientes continuaron los ataques contra las bases ecuatorianas de Tiwintza, Cueva de los Tayos, Base Sur y Coangos, que resistieron. Se intensificaron con artillería pesada y aviación. Tropas peruanas tomaron Base Sur, pero fue recuperada de inmediato por los ecuatorianos.
En todo el Ecuador hubo una eclosión de patriotismo y se dieron manifestaciones de respaldo a las Fuerzas Armadas que resistían en el Cenepa. El presidente ecuatoriano Sixto Durán Ballén lanzó la consigna: “Ni un paso atrás”, un referente para los soldados y la opinión pública.
Se incrementaron las acciones terrestres y aéreas. El presidente peruano Alberto Fujimori afirmó que habían tomado Tiwintza, pero fue desmentido con referencias técnicas de GPS. Periodistas internacionales visitaron la base y constataron que seguía bajo control ecuatoriano.
Por gestión de Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina, delegados de Ecuador y Perú firmaron la “Declaración de paz de Itamaratí”, en que se comprometían a un alto al fuego, a aceptar una misión (MOPEP) en la zona para evitar enfrentamientos y a negociar un arreglo. El Perú continuó su ofensiva desconociendo el alto al fuego. Pero para fines de febrero el conflicto había cesado y se inició un proceso que culminó en 1998 con la firma de la paz en Brasilia.
Los soldados ecuatorianos, dirigidos por excelentes jefes como el general Paco Moncayo y por el ministro de defensa José Gallardo, defendieron posiciones ante fuerzas peruanas superiores. Lograron también éxitos en enfrentamientos aéreos. La base Tiwintza se transformó en símbolo. La gente de Ecuador sintió que la exitosa resistencia era un verdadero triunfo que superaba el trauma provocado por la derrota de 1941-42. Eso permitió que luego se aceptara un arreglo negociado del conflicto.
Según el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas murieron 34 soldados. Las bajas peruanas fueron muy superiores. Hay una galería en honor a los héroes ecuatorianos en la Brigada 21 Cóndor, cuyo estandarte fue condecorado con la Cruz de Guerra por la victoria del Cenepa, como otras unidades y combatientes (muertos y sobrevivientes) declarados “Héroes del Cenepa”, poco conocidos por un pueblo que olvida a sus héroes.