Al aire libre
Lo que se habla en el Pilates: la guerra, el día de la Mujer y Diógenes
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Lula volvió a la clase de Pilates después de dos años. Saludó al guardia de siempre, entró y se topó con Pipe, el profesor alterno.
-Cómo estás Lula, ¡a los años! -dijo él.
-Dos exactos. Te veía en el Zoom.
-El Zoom es duro, pero presencial, lo es más.
Lula subió a la elíptica para calentar sus músculos y respiró con calma. Venía preocupada por lo que pudo pasar: que no hubiera espacio, que no hubiera clase, o que un misil hubiera destruido el edificio.
-¿Por qué pienso eso, si acá vivimos en paz? – se dijo. Pero lo cierto es que ella imaginaba a cada rato, escenas de terror como las que están viviendo en Ucrania.
-Gonza Calisto está en España, corrió la Trans Gran Canaria -decía Pipe.
-Leí en Instagram que llegó en el puesto 15, el primer latinoamericano, ¡un duro!
Pipe miró al resto de alumnas y dijo: 126 kilómetros en lluvia y sol canicular, con rocas. Mil competidores.
Hubo un guau general y expresiones de incredulidad.
-Mañana me va a doler – pensó Lula, quitándose la mascarilla. El resto de compañeras hizo lo mismo.
-He cambiado. Tengo más canas y estoy tiesa –pensó.
Entonces recordó otro cambio: "oí los pájaros cuando venía hasta acá. El wirachuro, al que antes no le prestaba atención”.
-Ahora ando en bicicleta -dijo en voz alta.
Y siguió:
-Hace dos años tenía que volver pronto a la casa para volar al trabajo. Ahora puedo tomarme mi tiempo porque hago teletrabajo tres días a la semana.
-¡Qué súper cambio! – dijo Pipe y en eso recordó: "feliz día de la mujer atrasado.
Acto seguido les ordenó salir de la camilla de Pilates y tomar las bandas elásticas.
-¿Cuál fue el mensaje más chistoso que recibieron por el Día de la Mujer? -preguntó Marisol.
-A mí me dijeron que brinde con Norteño, licor de varones -sonrió Lula
-Que Alexa y Siri son las únicas mujeres que escuchan a los hombres – dijo Andrea.
-Me mandaron el mejor – dijo Pipe-. Que la mujer tiene solo dos responsabilidades para con el marido: tranquilizarlo cuando esté estresado y estresarlo cuando esté tranquilo.
Se acababa la clase entre risas.
Lula se puso a divagar:
-Qué suerte volver en bici. Llegar a reírme a carcajadas con mis perros; les doy su comida, los acaricio. Esa Wara está loca de remate, me encanta, es tan despeinada y cómo se despereza, solo vive para comer y dormir.
Es como Diógenes, 'el filósofo perro', así viven los míos, relajados, concentrados en el presente, en sus necesidades básicas, como tirarse al sol cuando al fin escampa.
-De qué te ríes, preguntó Marisol a Lula.
-Del filósofo Diógenes. ¿Sabías que vivía en un tonel con una cobija y un bastón?
Y continuó: un día, Alejandro Magno vino a visitarlo. Quería premiarlo por sus aportes al conocimiento y le preguntó, qué quieres, qué necesitas.
Diógenes contestó:
-Qué te hagas a un lado porque me estás tapando el sol.
Más risas y fin de la clase.
-¡Nos moliste a palos, Pipe! –exclamaban todos, secándose el sudor de la frente y del cuello.
¿Cómo me llevaría a mis perros si estallara la guerra en este país? -pensaba Lula al regresar en la bicicleta. No están acostumbrados a caminar largo, se tirarían al piso y no podría cargarlos.
Estas redes que nos muestran minuto a minuto el ataque sin sentido de Rusia. Y nosotros aquí, sin poder hacer nada más que sentir impotencia ante tanto dolor. Y rezar.