El Chef de la Política
Habemus segunda vuelta
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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Esta columna fue escrita en la mañana del viernes 5 de febrero. Por tanto, propone un análisis anticipado de los resultados electorales del domingo. Como se podía prever en función de una valoración de diversos factores socio-económicos y de resultados previos, la segunda vuelta electoral es una realidad.
El candidato del expresidente Rafael Correa ha triunfado y lo ha hecho con una votación considerable. Prácticamente la tercera parte del electorado se ha inclinado por esa opción y eso es un logro desde cualquier punto de vista.
El candidato del expresidente Rafael Correa ha triunfado y lo ha hecho con una votación considerable.
De hecho, solamente Jamil Mahuad, el propio Correa (en su segunda y tercera elección) y Lenín Moreno obtuvieron porcentajes mayores a los que ha conseguido Andrés Arauz.
Una campaña orientada a la reivindicación de la década de gobierno de la Revolución Ciudadana y esencialmente a la figura de Correa, han sido suficientes para alzarse con el primer sitial aunque no para llegar a Carondelet en una sola vuelta.
Si el actual gobernante no consiguió ese objetivo en 2017, a pesar de que todo el aparato del Estado jugó a su favor, la presencia física de Rafael Correa no lo desamparó en ningún momento y la situación económica y social era más estable, era poco creíble que en circunstancias tan diversas, Andrés Arauz pudiera poner fin al proceso electoral en una sola jornada.
A algunos puntos porcentuales de distancia ha quedado Lasso. También era previsible. Pasar del 28% obtenido en 2017 a una cifra menor era el resultado natural de cuatro años de desgaste político, de incremento en el número de candidatos y de una campaña electoral que corrigió errores de fondo recién en las últimas semanas.
A pesar de que la diferencia porcentual con Arauz es algo menor que la reportada en la primera vuelta con Moreno, ahora el candidato de CREO deberá bregar mucho más si quiere llegar a la Presidencia.
El apoyo del socialcristianismo ayudó pero no lo suficiente. Desafortunadamente para la candidatura de Lasso, tiene una serie de simpatizantes que, con sus comentarios desalineados y excluyentes a través de las redes sociales, no han hecho sino alejar a muchos indecisos.
Ahora el candidato de CREO deberá bregar mucho más si quiere llegar a la Presidencia.
En tercera posición, con una distancia importante de votos respecto a Lasso, se sitúa Yaku Pérez. A pesar de que muchas encuestadoras lo colocaban con un mayor nivel de aceptación popular, al punto de prever su paso a la segunda vuelta, lo cierto es que su candidatura fue siempre sobrevalorada.
Unos colocaban a Pérez por encima de su real intención de voto para así restar votos a Lasso y otros para mermar el apoyo a Arauz. Aunque al inicio de la campaña, Pérez era el candidato con mayores opciones de crecimiento, de a poco esa posibilidad se fue desvaneciendo.
La candidatura de Yaku Pérez fue siempre sobrevalorada.
Nunca se vio un programa económico claro en el candidato de Pachakutik y tampoco una estrategia de campaña bien definida. Tal parece que incluso sus asesores se convencieron de que los porcentajes de aceptación eran los que se difundían semanalmente.
Sin embargo, esta es sin lugar a dudas la mejor presentación del movimiento indígena en una elección presidencial y aquello se verá reflejado en la conformación de la Asamblea Nacional.
En el gran pelotón de trece presidenciables, todos con menos del 10% de apoyo, hay de todo.
Hervas consiguió muchísimo más de lo que esperaba y, al menos garantiza, algunas curules legislativas para Izquierda Democrática. Hizo una campaña llamativa, aunque con mucho más de espectacularidad que de contenido.
Hervas al menos garantiza, algunas curules legislativas para Izquierda Democrática.
Gutiérrez y Romero, dentro de lo esperable, arrancaron algunos puntos porcentuales para fines diversos. El primero para mantener en el imaginario social a un partido como Sociedad Patriótica, que de a poco va camino a la extinción.
El segundo para alimentar su ego y acaso intentar algún acuerdo con Arauz en segunda vuelta. Si bien los votos no se endosan indefectiblemente, algo se consigue con una expresión de apoyo.
Celi, mejor en Manabí que en el resto de provincias, como se podía anticipar. No obstante, esos votos valen doble pues allí es donde Lasso seguramente entablará negociaciones para lo que se viene.
Ximena Peña, buen mensaje y propuestas interesantes. Obtuvo más de lo que seguramente ella misma esperaba. Luchar en un mundo profundamente machista, como el de la política ecuatoriana, y llevar a cuestas las críticas a un gobierno del que nunca pudo desprenderse, no deben ser cuestiones fáciles.
Montúfar y Larrea, inmersos en el torbellino de propuestas insostenibles y demagógicas de muchos de sus contendores, tuvieron pocos espacios para presentar de forma clara sus ideas.
Ambos volverán a sus actividades cotidianas en las que parecen ser mejores exponentes. El uno en la universidad y el otro en la intermediación política con el gobierno de turno.
Freile, grata revelación. Si controlaba sus ambiciones y buscaba un asiento en la Asamblea Nacional ahora tendríamos un gran legislador y no un presidenciable fallido.
Velasco y Carrasco hicieron lo que pudieron en el intento de salvar a movimientos políticos sin estructura nacional y que bien harían en considerar la posibilidad de la fusión en el corto plazo.
Andrade, Sagnay y Almeida, una incógnita. Los tres son objetos de estudio para investigaciones futuras. Nunca entendí bien las razones detrás de sus postulaciones.
A pesar de la gran cantidad de candidatos presidenciales, varias semanas atrás el panorama se esclareció de alguna manera. Tres opciones eran las que despuntaban y enseguida un grupo grande en el que había de todo.
Si las apreciaciones del análisis precedente, escrito el viernes 5 de febrero, coinciden con la realidad de este domingo 7, habrá mucho para discutir en los dos largos meses que quedan hasta la segunda vuelta electoral.
Si sucede algo inesperado, la necesidad de buscar explicaciones al comportamiento del votante será un desafío inmediato.