Al aire libre
Una noche romántica, glamorosamente inesperada
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Una pareja que lleva pocos meses de casada fue a pasar la noche en un hospedaje en la montaña. Se informaron por chat sobre el camino para llegar al sitio de nombre 'La Cabaña', y cómo obtener la llave para entrar.
El dueño explicó que el resto de indicaciones estarían en el interior.
Llegaron al anochecer y todo estaba nublado y con llovizna. Se oía el ulular de un búho. El viento les pegó fuerte en la cara al bajarse del auto y ella pensó en que tal vez no había sido tan buena idea esta escapada romántica.
Añoró su cuarto abrigado, su pantalla, sus pantuflas. Con alivio recordó que al menos las pantuflas sí las había traído.
Él estaba tan entusiasmado que ella sonrió y dijo: "qué bonito", y un "brrr" de frío acompañó la frase.
Según lo acordado, en un muro blanco había una caja de metal con un código y la llave adentro. Encontraron un interruptor, lo pulsaron y se hizo la luz.
Decenas de foquitos se encendieron para mostrar un sendero mágico, un puente sobre la acequia y la cabaña.
Era una pequeña construcción moderna, con un amplio balcón que miraba hacia el bosque nublado. Entraron despacio con cierta inquietud y, qué agradable sorpresa, la estancia era preciosa, mullidos sillones junto al ventanal y una estufa con leña seca; el piso de tablones claros, la mesa del comedor con cuatro sillas y un florero con chuquiraguas.
La micro cocina con todo lo necesario y un baño completo, que daba al jardín de atrás, donde lucía un jacuzzi blanco y brillante.
Una escalera llevaba a un dormitorio provisto de plumones, mantas y almohadones de color crudo, una cama grande y el techo de vidrio mirando a las estrellas que comenzaban a aparecer.
Entonces la luna iluminó la vista de un lago.
-Creo que no necesitamos leer las indicaciones -dijo ella extasiada.
-Parece que no –contestó él.
¿Qué es el glamping? Es una nueva tendencia de hospedaje donde lo natural predomina.
El turista cambió.
Quiere vivir experiencias únicas en lugares que ningún hotel ofrece. Esta alternativa es la fusión de glamur (lujo) y camping (aire libre).
Estos sitios aceptan mascotas, son ecológicos, pues respetan el ambiente, pero tienen un estándar alto de comodidad, con la misma metodología de registro virtual que ofrecen sitios como Airbnb.
Es un fenómeno global en crecimiento que los jóvenes y no tan jóvenes prefieren para desconectarse. Aunque siempre hay wifi.
En Ecuador, el pago por noche es de USD 70 en promedio, pero hay sitios de glamping en el mundo de más de USD 900 la noche.
Según la revista Diners: "cabañas, casas en los árboles, domos, furgones y tiendas de campaña como las yurtas mongolas, los tipi de los indígenas de América del Norte, los iglús y el estilo de los safaris suelen inspirar el alojamiento en el también llamado camping de lujo".
Si uno es dueño de un sitio hermoso o tiene dinero y quiere hacerlo producir, puede crear espacios de glamping. Capacitarse en esa línea habitacional y quizás esta inversión se convierta en una nueva forma de vida empresarial.
Al dejar la cabaña al día siguiente, la pareja de la historia colocó la llave en la cajita de metal y se fue feliz y renovada, después de haber desayunado con la puerta del balcón abierta, recibiendo el aire puro de la mañana y mirando el Antisana despejado.
Los dueños pasarían más tarde a limpiar la cabaña y a reponer los implementos de tocador, de limpieza, estufa y cocina para los siguientes huéspedes.