Canal cero
Jorge Gabela: el general que no calló
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Héroes y heroínas del Ecuador
En Latinoamérica, los generales se han destacado por triunfar en batallas o sufrir estruendosas derrotas, por tumbar gobiernos o por ser buenos o malos gobernantes. Pero un general sobresalió en Ecuador por no callar ante la corrupción. Y le costó la vida.
El general retirado y excomandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, FAE, Jorge Gabela, fue atacado a balazos el 19 de diciembre de 2010 en la puerta de su casa en Samborondón, Guayaquil. Quedó malherido y murió en diez días. El gobierno de entonces, presidido por Rafael Correa, dijo que había sido un intento de robo y detuvo a cuatro sospechosos. En abril de 2012, la justicia dictaminó que fue un asalto y sentenció a los autores materiales.
La sentencia provocó reacciones porque se sospechaba que el crimen estaba conectado con la compra de helicópteros Dhruv que el general había insistido ante el Comité de Contrataciones de la FAE que no tenían garantías técnicas suficientes para operar en Ecuador. Y tuvo razón. Cuatro de los siete helicópteros se accidentaron y cayeron, creando la peor situación operacional de una flota de aeronaves en la historia de la aviación ecuatoriana.
Ante la presión social, el presidente Correa creó un comité para pronunciarse sobre la denuncia de Patricia Ochoa Santos respecto de la muerte de su esposo. Su objeto era esclarecer el verdadero móvil y los autores intelectuales, “si es que los hubiese”, de la muerte de Gabela. Pero su acción y los informes que demandó fueron obstaculizados por la ministra de justicia Ladi Zuñiga y por el jefe de la FAE, Rodrigo Bohorquez, que llegó a prohibir el acceso de Gabela a sus instalaciones.
El general Gabela había sufrido acoso. Grabó una llamada telefónica en que se le amenazaba. Pero esas circunstancias no fueron consideradas. La investigación policial fue muy parcial. Una segunda comisión investigadora no llegó a nada. Incluso, uno de los sindicados como autor material, Derly David Salazar Vargas (alias Francis), fue puesto en libertad sin explicaciones, pero murió acribillado por un presunto sicario en diciembre del 2012.
El informe de un perito extranjero nunca apareció completo y fue escamoteado sistemáticamente por el gobierno, al que la viuda acusó de proteger a los autores intelectuales. El ministro José Serrano y el Fiscal Carlos Baca se empeñaron en que se trataba de un delito común y que las denuncias eran infundadas. El caso siguió en la administración de Lenin Moreno y continúa abierto. Pero en la opinión pública se profundizó la convicción de que se había matado al general para silenciarlo.
Jorge Gabela fue un buen militar y un buen piloto, pero sobre todo fue un buen ciudadano que no quiso perjudicar a la Fuerza Aérea y al país siendo parte de un sistema corrupto. Lo mataron por eso y el gobierno correísta protegió a los autores intelectuales. Él sabía lo que hacía, pero no se habrá imaginado que su postura, su muerte y el apoyo de su esposa y de la gente harían de él un héroe de la lucha contra la corrupción.