¿Qué tiene que hacer para ganar en 2025? Cinco respuestas para usted, Señor Candidato

1.- Acierte con los imperativos estratégicos de la campaña

Fran Greer, uno de los consultores políticos más experimentados que existe en la Tierra (fue asesor y amigo personal de Bill Clinton y de Barack Obama) señala que es muy importante enfocarte en los dos o tres temas de los que la campaña va a hablar.

Pero ustedes me dirán, no es tan difícil, todos sabemos que la seguridad, la economía y por ahí la salud serán seguramente los aspectos fundamentales del debate y estoy de acuerdo.

Ahora, lo importante de esto es no sólo saberlos pero sobre todo saber comunicarlos. Un ejemplo: el Gobierno de Lasso bajó dramáticamente en el primer año el déficit fiscal (el cuco de la economía) y sin embargo, ¿alguien se enteró de qué sirve? ¿cómo le afecta o la ayuda al ciudadano? ¿en qué influye en su vida diaria? ¿No? pues ahí tiene: puede ser muy importante lo que hagas que si no es de lo que habla la gente, le puede dar exactamente lo mismo.

2.- Tenga una gran conversación digital 

Vimos con asombro (y según los datos de Álvaro Marchante de Comunicaliza) que la campaña del hoy Presidente Daniel Noboa subió entre 14 y 16 puntos en -agárrense- dos días y que mucho de esos se debió a la conversación digital que no sólo significa tener presencia en redes sino y estrategia mediante hacer que las redes trabajen para ti.

Un ejemplo: el correísmo fue durante una década el rey absoluto del audiovisual, el spot de la bicicleta de Correa se enseña como ejemplo de un buen manejo a nivel internacional.

Sin embargo, cuando les tocó saltar al digital tuvieron terribles problemas y prueba de ello fue el constante prueba y error que tuvo la pobre campaña de Luisa: un día era la Tía Yuly, al día siguiente cocinaba una tonga manaba, al tercero hacía una batalla de machetes y al último, se bautizaba en una Iglesia cristiana. Un absoluto desastre.

3.- Cree una estructura dinámica pero fuerte

Luego de la debacle de los partidos políticos tradicionales que sirven más de vehículos electorales que de otra cosa, hay un montón (créame) un montón de gente que está decepcionada, abandonada, deprimida y apática de volver a apoyar a alguien en política.

Ahí hay una gran oportunidad de crear algo nuevo y moderno: no un rejunte de etiquetas sin ningún peso electoral, sino una verdadera estructura territorial con propuestas frescas, con formas de reclutamiento innovadoras, con ideas fuerza que conquisten (Millei en Argentina con las ideas de libertad por ejemplo) pero básicamente horizontales, alejadas de los mesías y caudillos, co creadas y colaborativas.

Con líderes que inspiren pero que sean humildes y que sea la meritocracia y la militancia la que sirva de parámetro para las candidaturas y no algún dedo desde un ático o desde alguna isla porteña.

4.- Haga un par de muy buenos debates:

Debata con argumentos, con altura, con datos, con innovación, con ideas, con contundencia, con estrategia y no se olvide nunca de que, desde el año pasado, se probó que si su debate es bueno, no sólo le dará un excelente resultado inmediato, sino que con el uso adecuado de las redes y los canales digitales correctos, su debate sobrevivirá en el tiempo y, quien sabe, le pueda llegar a poner en Carondelet.

5.- Haga una despolarización inteligente:

No se trata de no tener una posición firme en su lucha ideológica y de principios, se trata de que ese no sea su único anclaje conceptual porque, también está probado, no sólo que no le va a alcanzar, sino que puede crear el efecto contrario a lo que usted supone que es una lucha cuando la gente lo ve como una fijación absoluta. 

Los extremos perecieron el tiempo. Lo dicen las cifras. 

Finalmente, todo lo que ha leído aquí, tal vez lo pueda encontrar en cualquier libro o manual de Comunicación Política y Campañas Electorales, por lo que mi recomendación es que lo mismo puede pasar con las piezas de un auto: en el manual se ven muy lindas pero usted solo no va a poder armarlo. Contrate un equipo profesional. No hay campaña más cara que la que se pierde.