En sus Marcas Listos Fuego
La gran fuga de María de los Ángeles Duarte
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Las últimas semanas han sido vertiginosas para la diplomacia ecuatoriana ante la gran fuga de María de los Ángeles Duarte de la embajada argentina, donde llevaba varios años con asilo político tras una condena por cohecho.
Cruces de palabras, acusaciones y hasta cartas de amor entre adolescentes presidenciales. ¿Pero cuál es la verdad?
La verdad es que todos opinamos, con la vehemencia de siempre, con el fanatismo que nos gobierna, pero, una vez más, sin tener ni el más mínimo conocimiento de lo que decimos.
El gran secreto para salir de la ignorancia es evitar las aseveraciones vacías y, antes de ello, sentarnos, hablar con nosotros mismos y formularnos preguntas.
Por ello me he callado, porque son más las preguntas que las respuestas que tengo y, hasta que un experto (con credenciales) me las resuelva, el silencio es mi mejor aliado. Así que ahí van las preguntas y, sólo si tiene las respuestas, abra la boquita.
- ¿Qué significa que una persona sea asilada política? ¿Reunía Duarte las condiciones para ser asilada política? ¿El asilo político es un mecanismo para eludir de la justicia?
- Ante una sentencia ejecutoriada en Ecuador, con orden de prisión y orden de búsqueda y captura, ¿son competentes las autoridades de la embajada de Argentina para detener y entregar a Duarte a nuestra Policía? La respuesta es no, las embajadas, hasta donde yo sé, no tienen poder de policía.
- El hecho de que Duarte haya tenido asilo político, ¿le prohibía salir de la embajada argentina? La respuesta es no. No estaba presa en la embajada, estaba asilada. Así que salir era a cuenta y riesgo de ella.
- ¿Las autoridades de la embajada argentina podían prohibirle abandonar suelo argentino (el suelo de la embajada)? No. Reitero, no estaba presa.
- ¿Las autoridades argentinas en la embajada eran responsables de que Duarte no se escapara? No. No son niñeras.
- ¿El embajador tenía la obligación legal de informar al Estado ecuatoriano, periódicamente (¿cuán periódicamente?) de la presencia de Duarte en la embajada? No sé.
- Ante la 'ausencia' de Duarte, ¿el embajador estaba obligado legalmente a informar a las autoridades ecuatorianas de dicha 'ausencia'? Ni idea.
- ¿Estuvo el Estado ecuatoriano obligado a concederle el salvoconducto a Duarte para que pueda viajar a Argentina? Que respondan los expertos en Derecho Internacional. Yo soy penalista y me callo.
- Para fugarse, ¿Duarte utilizó vehículos diplomáticos, choferes argentinos, y asistencia logística prestada por la embajada argentina? No sé, pero, de ser así: No cometen el delito de evasión (Art. 274) porque para ello la fuga o evasión debe ser de un privado de la libertad de un centro de privación de libertad. Como hemos visto, la sentencia de Duarte está ejecutoriada, no en ejecución (cosas abismalmente distintas).
- ¿Era obligación legal del Estado ecuatoriano resguardar y vigilar la embajada argentina, en un símil de un arresto domiciliario, para evitar la fuga? No, para nada.
- En caso de haber estado vigilando la embajada (por responsabilidad, más no por obligación legal), ¿podía nuestra Policía parar y registrar cada vehículo con placas diplomáticas que sale de la embajada? No.
- ¿Por dónde salió Duarte? Por la frontera colombiana.
- ¿Era responsabilidad del Estado ecuatoriano vigilar las fronteras para evitar la fuga de Duarte? No. De hecho, le cuento que usted o yo podemos salir hoy mismo por la frontera sin registrarnos en ninguno de los dos puestos fronterizos (el ecuatoriano y el colombiano).
- Pero si no me registro no me dan Tarjeta Andina, entonces, ¿cómo hago para viajar desde Colombia sin registro de ingreso? Sencillo, paga una multa en el aeropuerto colombiano y obtiene su tarjeta andina para poder despegar y cantar libre soy, libre soy.
- ¿Hubo coordinación entre el embajador argentino y Alberto Fernández? No sabemos y especular es exclusivo para seres rastreros, así que no sea rastrero.
- ¿Es correcto que Lasso y Juan Carlos Holguín reclamen airadamente? Sí, pues como digo, no es delito, pero es inaceptable para la diplomacia.
- ¿Es correcto que Alberto Fernández responda a Lasso como lo hizo? Si me preguntan a mí, sí. Debía defenderse, pero lo hizo con elegancia populista y falacias del tamaño de una catedral. Es una carta brillantemente redactada para vendérsela a personas de pocas luces.
- ¿Es correcto que Alberto Fernández asevere que debe lastimarnos que existan países como Ecuador donde la justicia se utiliza para perseguir opositores? Sí, sin duda. Desde el año 2006 hasta hoy, 2023, la persecución ha sido imparable (pero no impecable). Lo grave y repudiable es que Fernández se codee con algunos perseguidores y con otros no. Como que tiene averiados el filtro y la conciencia, ¿no?
¿Se dan cuenta? Son más preguntas sin respuesta que con respuesta ¿Cómo, si no formulamos preguntas, podemos atrevernos a sostener respuestas?
Este escándalo no se soluciona alzando la voz y reproduciendo gritones. Esto se arregla dejando que se asiente el polvo, formulando los cuestionamientos correctos y hallando respuestas jurídicas dentro de las cuales se subsuman hechos comprobados. Antes de eso, silencio, que el ruido duele.