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Tres pesadillas financieras y cómo recuperar el sueño
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Cuando tenemos dificultades financieras no trabajamos bien, no queremos salir a ver gente, nos sentimos perdidos.
Nos negamos a enfrentar la situación y decir: me metí en problemas y la fregué.
Son palabras de Paco Montoya, autor del libro 'Tres pesadillas financieras'.
Esta historia comienza desde pequeños. El 90% de nuestra cultura financiera la aprendemos en la casa.
Si solo se habla de dinero cuando hay crisis, y se habla mal, los niños se cargan de creencias negativas con respecto a la plata.
El dinero debe ser tratado como un valor más, como un medio honestamente ganado para vivir, producir, ayudar y compartir.
Gastar más no implica mejor calidad de vida.
Crecemos con hábitos, creencias y aprendizajes de la casa y empezamos a ganar dinero. En el camino llegamos a una encrucijada: lo manejamos bien o lo perdemos.
La lógica es proteger nuestro dinero.
Muchos dirán, lo invierto. La tentación de ponerlo en inversiones riesgosas es muy grande, comienza con la lotería y pasa a fondos no regulados, al negocio inmobiliario burbuja, los bitcoins, las apuestas o un negocio atractivo que incluye capital y, además, préstamos.
Comienza la primera pesadilla de la cual no volvemos a despertar: perdí todo por la ambición y el descuido.
La segunda pesadilla es confiar en ese dinero que tengo. Nos sentimos a nuestras anchas. Pero ojo: es más fácil perder el dinero que ganarlo.
Se abre un nuevo horizonte: la posibilidad de acceder a productos financieros como las tarjetas de crédito.
Todos hemos vivido la sensación de que "el plástico aguanta todo". Pago a crédito pensando en el respaldo del dinero que tengo.
Perdemos el control de los diferidos, no anotamos los avances en efectivo, no revisamos el estado de cuenta. Se vuelve un manejo irresponsable y desenfrenado que nos puede llevar a quedar endeudados.
¿Cuántas fugas tenemos en nuestras cuentas?
Mi papá no estaba conforme con el servicio de Internet. Así que lo canceló vía telefónica y se llevaron el aparato. Meses más tarde, al revisar su estado de cuenta, seguían los débitos de ese proveedor de Internet.
Tuvimos que ir personalmente a cerrar esa llave abierta de dinero que nunca se recuperó.
Una tercera pesadilla es querer más dinero. En la actualidad hay muchas opciones de hacer dinero rápido, de aplicaciones y plataformas que son estilos de pirámides.
Lo malo de estas formas de ganar dinero o pedirlo prestado, es que cobran intereses altos, son riesgosas y hasta pueden ser una estafa.
Además, toman todos nuestros contactos y les dicen que participamos con éxito en su marca.
Nos volvemos promotores de algo que no es seguro y quien sabe, arrastramos a otros al despeñadero.
¿Es malo iniciar un negocio financiero? No. Pero es importante que sean entidades y plataformas reguladas por los entes de control. Que no sean negocios ilegales que terminan en usura y extorsión.
Si caemos en algo así, es necesario reportarlo a la Superintendencia de Bancos y evitar que otros salgan perjudicados.
Para despertar de una pesadilla financiera y dormir en paz y tranquilidad, nos pueden servir estos consejos:
- Registrar todos los gastos. Saber a dónde va nuestro dinero es el secreto de los expertos.
- Ahorrar el 10% de los ingresos al inicio de cada mes.
- Hacer una revisión mensual del presupuesto. Identificar qué tenemos que posponer, eliminar o reducir.
- Mantener el orden y el control en las tarjetas de débito y crédito.
- Pagar las cuotas de los créditos a tiempo.
- Financiar las vacaciones con ahorros, así regresamos felices y descansados.
- No dejarnos tentar por dinero fácil y rápido.
- Rehabilitarnos y darnos una nueva oportunidad.
Dormir bien y con la conciencia tranquila: eso es calidad de vida.