Financiando el 2024 y la guerra interna
Graduado de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia, socio de la firma ecuatoriana de estrategia y finanzas corporativas Ahead Partners, exasesor McKinsey and Company y ex VM de Comercio Exterior.
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"Los mayores errores de inversión no provienen de factores informativos o analíticos, sino psicológicos" indica Howard Marks
En conversaciones con amigos, empresarios, y fuentes de financiamiento en el exterior sobre la propuesta de la Presidencia de la República a la Asamblea de un alza del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12% al 15%, me he dado cuenta de que, en la gran mayoría de discusiones -sin importar el grupo-, muchas veces nos quedamos en un conocimiento limitado (o erróneo) por los sesgos cognitivos de siempre que nos son comunes a todos.
Los efectos de ello dependen de cada ámbito en el que trabajemos. Y claro, en un país tan polarizado como Ecuador, muchas veces se relacionan a la postura política de nuestra preferencia. Aún más notorio entre académicos y medios, es peligroso que haya una falta de crítica sobre la información que se recibe, y claro, el bendito archiconocido sesgo de confirmación.
A menudo no queremos escuchar lo que propone otro simplemente porque va contra la idea preconcebida que tenemos (otro asunto es cómo hemos formado esa idea). O porque nos costaría esfuerzo verificar si lo que pensamos ahora es correcto o no, y plantearnos otra cosa.
Y esto sólo lleva a escuchar y buscar lo que nos confirma nuestra idea o conocimiento original. Esto, por supuesto, ya es un error de por sí, si la postura de la que partimos no es correcta. Pero, aunque lo sea, siempre es sano plantearse a uno mismo si otras propuestas o información que nos llega puede ser interesante, tener sentido. Puede ampliar nuestra postura o conocimiento con el que partimos, puede afinarlo, enriquecerlo.
Lastimosamente, casi siempre nos cerramos a ello.
En noviembre escribimos en Raspando la olla para cerrar 2023 y cómo financiar 2024 la difícil situación fiscal con la que entraba el nuevo Gobierno. Y antes, en Escenario incierto para Noboa en el sector petrolero, indicamos lo difícil que será contar con ese importante sector económico en 2024 dada la expectativa de precios y producción de petróleo.
Ecuador cerró el 2023 con:
- Déficit fiscal de USD 5.789 millones por la baja en los ingresos petroleros y tributarios, junto con el incremento en pago de gastos corrientes.
- Cuentas por pagar por parte del Estado por encima de USD 4.000 millones, afectando a GADs, IESS, y proveedores privados, generando un serio problema en la cadena de pagos que se nota en la escasa liquidez que se traduce en mayores tasas (e inflación negativa desde hace unos meses)
- Reserva Monetaria se encuentra casi en USD 4.000 millones, algo que se veía venir, y a lo que debemos prestar extra atención.
- Caída de la Inversión Extranjera Directa (IED) que entre enero y septiembre del 2023 llegaba a USD 266 millones, según el Banco Central del Ecuador (BCE), una caída de USD 614,5 millones.
A esto hay que agregar el costo adicional de la guerra, como indicamos en Recuperar la economía es importante para ganar esta guerra civil, que el Ministro de Finanzas estima en alrededor de 1% del Producto Interno Bruto (PIB). Este es un costo adicional no programado que entrara al presupuesto general del Estado del 2024 y, claro, incrementara aún más el déficit fiscal esperado para este año.
En pocas palabras, la liquidez del Estado está presionada (pensemos los malabares para pagar sueldos en noviembre y diciembre) y recién es la mitad de enero. A favor del Estado, la altísima popularidad (más del 95%) de que se empiece algo contundente contra las bandas criminales/narcoterroristas que aterrorizaban al país. Un fenómeno conocido en ciencia política en EE.UU. como “rallying the flag” o “manifestándose por la bandera”.
En lo financiero, la pregunta es ¿qué nivel de ingresos adicionales necesita el Estado alcanzar para ir a negociar con las multilaterales (especialmente con una que es la que nos avala con las otras, el FMI) para cubrir gran parte del déficit fiscal de 2024 y reducir atrasos acarreados desde 2023?
La cifra mágica parece estar entre USD 1.500 a 2.000 millones, como indicamos en nuestra columna de noviembre, con la precondición de que sean ingresos de rápida recolección (las necesidades del fisco son apremiantes dado el nivel de atrasos).
Por lo tanto, la pregunta clave es ¿por qué vía se obtendrán rápidamente estos USD 1.500 a 2.000 millones? ¿Será por aumento del IVA, focalización de los combustibles, contribuciones especiales, y un largo etc.?