El Implacable VAR
¿El míster Félix Sánchez Bas realmente calza en Ecuador?
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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No es un tema de credenciales ni de currículum. En verdad, el entrenador español Félix Sánchez Bas exhibe en su hoja de vida el bagaje necesario para ser contratado por una selección como la de Ecuador.
Tiene experiencia en equipos nacionales, conoce la presión de la alta competencia, entiende el proceso formativo, es un académico del fútbol y, además, tiene títulos. Técnicamente, no hay nada de malo en él, pero, como dice el comediante mexicano Carlos Ballarta, como que algo no cuadra.
Parece ser que el míster no calza con esta Tricolor. Existe la impresión -es solo una impresión- de que Sánchez mantiene una distancia cultural con los jugadores. No se ha ganado del todo la confianza de la plantilla, en parte porque se ha convivido poco, en parte porque el ambiente de trabajo es diferente, más solemne, casi de oficina, "profesional". O sea, aburrido.
Sánchez viene de Qatar, donde dirigió como suelen hacerlo los entrenadores que caen en un país autoritario de ese tipo: con absoluta verticalidad. No hay mayor espacio para jugadores que se atreven a mirarte a los ojos.
Puede que eso explique por qué existe la sensación de que falta alegría en la Selección, falta esa chispa vital que caracteriza a la Tricolor, el único factor de unión de este país. Hasta Marcelo Bielsa, obsesionado con lograr la mecanización en las jugadas, luce más fluido.
Todo esto recuerda mucho a la etapa de Sixto Vizuete, un entrenador formado en Alemania (en la de antes, la que sí ganaba) y repleto de ideas actualizadas para su época. Sin embargo, transmitía el entusiasmo de un bloque de hielo en el Cotopaxi. Parco y rodeado de estrellas egocéntricas, Vizuete perdió el control del equipo en el primer partido.
Sánchez aún no está en situación de crisis, cuando la inmensa presión pone a prueba el temple del DT y su relación con el equipo. Y tampoco debe lidiar con tantas estrellas en el camerino (aunque son lo suficientemente poderosas para excluir a Leo Campana).
Pero, si hoy no se gana a Uruguay, y más aún si se pierde, el panorama será diferente. Se comenzará a hablar del estilo del míster, de su desconexión con Ecuador, pero sobre todo de su falta de llegada. Hasta ahora, se nota que los jugadores entienden su estilo de juego, pero no su corazón.