Tragaluz
Faunas
Sociólogo, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. Durante 12 años adquirió destrezas en el periodismo. Empezó como redactor económico en el Diario Hoy, donde llegó a ocupar el cargo de Director General. Tras cursar estudios de postgrad
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La degradación del debate político viene ahora de la impronta de un cura desafiante que ha vuelto a enturbiar el espacio público de amenazas y advertencias.
José Tuárez irrumpe con aires mesiánicos en la escena política para exorcizar -según dice- los males del país y purificar el alma nacional. El poder se le subió a la cabeza antes de hora y lo cegó.
Su mesianismo esconde una consigna política: deshacer lo realizado por el Consejo de Julio César Trujillo. Surge de la nada para desafiar el trabajo de un político a quien el país despidió con honores de Estado, por todo lo alto.
Tuárez tiene hoy el hábito al cuello: detrás de su imprudencia, o junto a ella, una hoja de vida llena de falsedades, según sus críticos. Se colocó solo en la cuerda floja.
Mientras el país batalla contra este nuevo mesías, ya expulsado de los cielos, los quiteños debaten sobre la fauna urbana gracias a Jorge Yunda y sus regalos caninos.
A la ya cargada agenda de la ciudad, con temas enormes a la espera de respuestas suyas, el alcalde sumó uno más. Zeus y Gira dividen hoy a los quiteños entre animalistas y humanistas. Un poco más de seriedad y consistencia necesitamos de Yunda.
¿El Bolillo por su propia boca muere? Su designación como entrenador de la selección de fútbol de Ecuador fue un error enorme, una vuelta al pasado. Como en otros campos, también en el fútbol se quiso superar las últimas frustraciones mirando atrás.
El Bolillo no se dio cuenta del error y lo ahondó con unas palabras que pesan como Espada de Damócles sobre su cabeza: iremos a la Copa Sudamericana para aprender, dijo.
Restó categoría a la selección, borró todos los éxitos alcanzados, la disminuyó frente a su propia historia. Ahí están los resultados.
La Duquesa Paola Pabón es incorregible en su grandilocuencia y pompa: se gastó USD 90 mil en su fiesta de posesión.
Carpas, tarimas, amplificación, arcos con telas de colores, drones, cámaras, arreglos ornamentales, incluyó la fiesta, según la detallada descripción de El Comercio.
Una fiesta revolucionaria para coronar a la Duquesa.
La Iglesia se movilizará para rechazar el matrimonio igualitario, dicen los titulares. ¡Qué Dios nos salve de los fanatismos religiosos!
¡Qué personajes, qué faunas político religiosa, deportiva, animalista, revolucionaria, nos carcomen la razón y el sentido común!