En sus Marcas Listos Fuego
Operación Glas ¿Indigna?
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Si algo debiese hacernos sentir asco como sociedad es nuestra capacidad itinerante para fingir demencia a discreción.
La libertad de expresión, lamentablemente, no tiene restricciones para quienes no tienen calidad moral para abrir la boca.
Para criticar la punta del ovillo se ha de describir el ovillo completo, ¿no? Y para gritar por lo sucedido con la punta del ovillo se ha de tener sangre en la cara, al menos para admitir todo este listado.
- Indigna haber tenido un vicepresidente que usó su cargo como burdel.
- Indigna ser un país con un vicepresidente condenado múltiples veces por corrupción.
- Indigna que un partido político, en lugar de condenar y repudiar la corrupción, la enaltezca considerando a los condenados por corrupción como sus ídolos.
- Indigna que los procesados de ese partido político siempre elijan ser defendidos por abogados especializados en narcotráfico y que sus líderes guarden silencio absoluto. ¿Ni una palabrita al respecto?
- Indigna que un movimiento comparta defensa y reciba financiamiento de organizaciones criminales dedicadas al sicariato, al tráfico de drogas y a la trata de personas.
- Indigna que un condenado utilice garantías jurisdiccionales a dedo y con tarifa, eligiendo Manta o Yaguachi, para salir ilegalmente de la cárcel a través de un amicus curiae, mientras comparte irregularidades y sobornos al juez con Daniel Salcedo. Indigna que esta sea la gente que hoy pide que se respete el Derecho.
- Indigna que nos hablen de respeto al ordenamiento jurídico cuando ellos, desde la cárcel y desde la Asamblea, buscan todas las formas posibles para prostituirlo.
- Indigna que el crimen organizado pague el soborno a jueces con billetes manchados de sangre, para que esos mismos políticos salgan de la cárcel contagiando de sífilis al sistema de justicia.
- Indigna que los gatilleros sean los aliados de esos célebres condenados.
- Indigna que un movimiento político no cuestione a sus condenados por las relaciones incestuosas que mantienen con todo tetón que se les cruza en el camino.
- Indigna vivir en un país en el cual hoy los asilados en Embajadas están relacionados con el narco. Indignaba vivir en un país donde antes los asilados estaban ahí porque se perseguía la libertad de expresión.
- Indigna que quienes repudian la contienda México-Ecuador hayan celebrado la fuga de Duarte en contubernio con el gobierno argentino.
- Indigna que quienes piden respeto al Derecho Internacional sean los mismos que ideológicamente celebran la invasión a Ucrania.
- Indigna que hoy pretendan reclamar una persecución política quienes instauraron la década de persecución política más salvaje de nuestra historia.
- Indigna que un país tan maravilloso como México, rompa relaciones diplomáticas con Ecuador, cuando bien le haría romper relaciones con los cárteles de droga que dominan en el mundo y que ellos son incapaces de controlar.
- Indigna que un país se dedique a refugiar políticos relacionados con el narco y la corrupción como política internacional.
- Indigna que un presidente que con su política de abrazos no balazos mantiene estrechas relaciones con el narco, hoy se presente como adalid de respeto a las convenciones y normas internacionales.
- Indignan las narco-embajadas que violan la Convención de Caracas al otorgar asilos expresamente prohibidos por la ley y luego tienen la desvergüenza de pedir que la ley se respete.
- Y sí, claro que indigna que Ecuador haya violado una sede diplomática, pues nada, ni la captura de un peligroso criminal, lo habilita a ello.
- Indigna vivir en un país donde los gobernantes creen que incumplimiento convencional de un Estado les habilita a un incumplimiento convencional contra ese Estado.
- Indigna vivir en un país donde los fanatismos hacen que muchos defiendan que el fin justifica los medios.
- Indigna vivir en un país donde los buenos quieren ser villanos y los villanos quieren vestirse de buenos.
- Sí, indigna vivir en este país de desfachateces, donde en lugar de combatir la ilegalidad con legalidad, nos rebajamos a ser burdos criminales para combatir a los criminales.
- Indigna ser cada vez una oposición tan poco digna.
¿Ven? Todo indigna. Pero más indigna la indignación a conveniencia, la indignación tuerta, la indignación en la que te indigna lo que no te conviene y no te indigna lo que indigna, pero te sostiene.
Indigna vivir en un país donde tanto indigna, pero aquí se indignan a discreción y a conveniencia.
Indigna que aquí los pecadores lanzan siempre la primera piedra, que los corruptos denuncien la corrupción, que los que violan la ley reclamen la violación a la ley, que los deformes nos hablen de estética.
Indigna que los que tienen los zapatos llenos de mierda nos hablen de manos limpias, que los que tienen las manos con sangre tengan el corazón ardiente.
Indigna tanto que estamos al borde de perder la capacidad de indignarnos.
Indigna. Claro que indigna. Indigna el perecimiento definitivo de la dignidad.