Economía y Desarrollo
Estanflación en Ecuador: informalidad, inflación y empobrecimiento
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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Como estanflación se conoce a la situación que se da cuando una economía se encuentra estancada al tiempo que se elevan los precios. Es decir, es la combinación de recesión con inflación.
Esto genera una profundización del empobrecimiento, tanto por la pérdida de empleo como por la disminución del poder adquisitivo.
La economía ecuatoriana aún no se recupera de la crisis de 2020, crece lento y de manera desigual. El empleo adecuado está lejos de los niveles anteriores a la pandemia, en especial en el área rural.
Ecuador se encuentra en una forma de estanflación, que resulta de la combinación de informalidad, inflación y empobrecimiento. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), muestran que:
- El empleo en el sector informal pasó de 46,3% en junio de 2019 al 52,5% en septiembre de 2020, durante la pandemia de la COVID-19. En junio de 2021 se recuperó ligeramente, llegando al 49,9%; sin embargo, para junio de 2022 aumentó nuevamente hasta el 51,6%.
- La inflación anual a junio de 2022 fue de 4,2%, muy por encima del promedio de los últimos 10 años, que es de 1,7%. El aumento de precios se genera mayoritariamente en alimentos, transporte y artículos del hogar. Esta variación se relaciona con el aumento del costo de la canasta básica, que fue del 5,9% entre los meses de junio de 2021 y 2022.
- El porcentaje de personas en situación de pobreza extrema a junio de 2022 es del 10,7%; es decir, 1,2 puntos porcentuales mayor que en el mismo mes de 2019. Y en el sector rural, la pobreza extrema alcanza al 22,7% de las personas, estando 6,8 puntos porcentuales por encima del porcentaje de 2019.
La inversión pública y privada se han reducido, al tiempo que las importaciones crecen más que las exportaciones, generando déficit comercial.
El aumento del consumo no se vincula con la producción. El ingreso laboral real no ha aumentado, siendo las remesas que se reciben desde el exterior las que se relacionan con el aumento del consumo. Mientras que el aumento de importaciones indica mayor consumo de bienes producidos fuera del país.
A esta situación se debe agregar el aumento del índice de brechas de intermediación (IBRE-I), que mide la brecha entre el índice de precios al consumidor (IPC) y el índice de precios al productor (IPP). A junio el IBRE-I presenta un aumento acumulado de 6,29% durante 2022.
El aumento del IBRE-I se relaciona tanto con incremento en los costos de transporte de productos, como con especulación y aumento de márgenes de ganancia de intermediarios.
Salir de la crisis requiere establecer medidas para frenar la inflación, conectar el consumo con la producción nacional, y cuidar el bienestar de las personas.
Para lograrlo es urgente controlar los márgenes de intermediación y los precios de venta final de productos de primera necesidad, priorizar el acceso a mercados y compras públicas de productos de pequeños productores, controlar las importaciones de bienes protegiendo la producción nacional.
Reducir los costos de transporte que están directamente relacionados con el costo de combustibles, reducir los costos de servicios financieros y generar mejores condiciones de financiamiento a pequeños productores, y establecer una política nacional de importaciones de insumos que no se produzcan en el país.