Con Criterio Liberal
España: la hora de la política
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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La política democrática es el método pacífico de solucionar los asuntos públicos (de hecho, el gran debate en política es delimitar cuáles son esos asuntos). No es el 'enfrentamiento' entre distintos sectores de la sociedad, sino valorar cuáles son las ideas del conjunto de la sociedad y cómo se pueden implementar.
En España, desde 2015 no hemos tenido un gobierno que haya completado su mandato de cuatro años, más bien, en cuatro años hemos tenido cuatro elecciones, debido al cambio de la sociología política: la llegada y ascenso de “la nueva política” que fueron Ciudadanos (centro-liberal) y Podemos (izquierda radical)... y luego su caída y descomposición.
Luego vino el desafío independentista de romper el orden constitucional, y ahora el ascenso de la derecha radical que es Vox, como respuesta a la cuestión de la unidad de España, situándose como tercera fuerza política.
El señor Pedro Sánchez, con la vanidad que le caracteriza, es de los que cree que la política consiste en “mandar” (ese grave problema de querer mandar siempre, tan común en la humanidad), y ha sido incapaz de pactar con nadie en más de 4 años aunque ha tenido muchas opciones, desde el PP (centro derecha) hasta Ciudadanos, desde Podemos hasta “el gobierno Frankestein”, pero hasta ahora se ha cerrado en su famoso “no es no” (triste que su frase más recordada sea esta tautología en negativo).
Ahora mismo en España solo hay cuatro opciones para formar gobierno (dentro de lo razonable, no podemos descartar la capacidad de los políticos de inventar), y ninguna de ellas es buena:
- Una coalición del PSOE con “todo lo demás” que incluya a los independentistas catalanes de ERC, cuyo líder está en prisión condenado por secesión. Eso sería muy preocupante para España.
- Que el PSOE sea capaz de sumar un “gobierno Frankestein”, uniendo distintos partidos (para lo que en España ahora se “juega al pactómetro”).
- Una “gran coalición” en la cual el Partido Popular se abstuviera (más improbable que se incorporara al gobierno) para permitir gobernar al PSOE.
- Una re-re-petición de elecciones, lo que significaría el fracaso de la política y aún más tensión institucional en España.
En cualquier caso lo que corresponde ahora es “hacer política”, esto es “parlamentar” (de donde viene Parlamento), intentar descubrir no qué nos enfrenta sino qué podemos tener en común, y buscar maneras de gobernar con las que estén de acuerdo una mayoría de ciudadanos.
Y es ahí dónde se medirá la talla institucional de los políticos. Por desgracia llevan años sin demostrar que esa talla sea muy alta.