Con Criterio Liberal
Un enfoque completamente diferente para vacunar a los ecuatorianos
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Ecuador se enfrenta a su mayor reto logístico: vacunar a la población contra el Covid-19. No va a ser tarea fácil, y es importante que el plan de vacunación se haga con publicidad y claridad, generando consenso entre la población.
A día de hoy las empresas productoras de las vacunas han anunciado que solo van a distribuirlas a los Estados, por eso es labor del Gobierno de Ecuador conseguir las vacunas, y ya se ha anunciado que a lo largo de este 2021 se han comprometido 18 millones de dosis para el país lo que, sumado a aquellos que ya han superado la enfermedad, sería suficiente para alcanzar la inmunidad de grupo.
Que el Estado sea quien compre las vacunas no quiere decir que sea quien las tenga que distribuir, por eso, junto a Pablo Lucio Paredes, decano de la Escuela de Economía de la Universidad San Francisco de Quito, hemos elaborado una propuesta de plan de vacunación (verla aquí en este enlace azul) que involucra al sector privado, que tiene la capacidad logística para acelerar el proceso.
Que el Estado sea quien compre las vacunas no quiere decir que sea quien las tenga que distribuir.
Que las empresas colaboren en la campaña de vacunación no quiere decir que esta no sea gratuita. Las grandes y medianas empresas pueden vacunar a sus empleados y familiares sin cobrar por ello, y se puede distribuir en las farmacias (que tienen la penetración en todo el territorio y la capacidad logística para vacunar) y que el Estado les pague por cada vacuna administrada.
Hay muchas decisiones que tomar, y es importante que el plan sea claro y público. Si se decide por un orden de prelación estricto (se determinan los grupos y el orden a vacunar y hasta que no se completen no se pasa al siguiente) probablemente habrá ineficiencias que retrasarán el proceso.
Por eso abogamos por un sistema lo más sencillo posible, abierto y con distintos frentes: atención primaria, empresas privadas, escuelas, universidades, farmacias, entre otros establecimientos.
El Estado tiene un importante rol que cumplir. Aproximadamente el 50% de las vacunas corresponden a servidores públicos, alumnos de escuelas y universidades públicas, y la población más vulnerable.
Precisamente, para no saturar los centros de salud y los hospitales y liberar al Estado de la tarea de vacunar a aquellas personas que pueden ser vacunadas por otros canales, es por lo que es importante la cooperación público-privada.
Desde la publicación de esta propuesta hemos recibido muy buena acogida en el sector empresarial, que está más que dispuesto a colaborar para solucionar esta pandemia.
Es importante la cooperación público-privada para no saturar la capacidad del Estado.
Ya sólo falta la elaboración y la publicación del plan por parte del Gobierno y la aceptación por parte de los ciudadanos de que será un proceso plural, abierto y con varios frentes.
Bueno, y esperar que lleguen las vacunas anunciadas, claro.