500.000 empleos creados ¿Cuento o realidad?
Economista. PhD en Política Social, London School of Economics. Docente universitario, investigador y consultor. Especialista en económica laboral, desarrollo, evaluación de impacto y econometría aplicada.
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El gobierno prometió en campaña crear un millón de empleos en cuatro años y el presidente Guillermo Lasso afirmó, en el informe a la nación de mayo 2023, que se crearon 500.000 empleos.
La realidad, según los datos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), es que durante este gobierno el número de empleados asalariados afiliados al IESS se incrementó en apenas 148.000, entre junio 2021 y marzo 2023.
Este incremento ni siquiera compensa la pérdida de empleo generada por la pandemia de Covid-19 donde el número de afiliados asalariados se redujo en alrededor de 260.000 entre junio 2019 y junio 2020.
La realidad del mercado laboral ecuatoriano se evidencia en las calles. De cada 100 personas que trabajan o buscan trabajo, apenas 23 tienen un trabajo asalariado con afiliación al IESS (en junio 2023).
La falta de recuperación del empleo en los últimos años es notoria. A inicios del actual gobierno (en junio 2021), la tasa de asalariados afiliados al IESS como porcentaje de la población económicamente activa (PEA) era de 21,2%.
El incremento a junio 2023 es de menos de dos puntos porcentuales, pasando a 22.9%. Este indicador aún no recupera su nivel prepandemia de alrededor de 26% (en junio 2019).
El empleo formal sufrió una fuerte caída tras la pandemia. El porcentaje de afiliados asalariados (como proporción de la PEA) pasó de 26% en junio 2019 a su nivel más bajo de la última década de 21,2% en junio 2021, registrando una caída de aproximadamente cinco puntos porcentuales.
Una reducción de magnitud similar tuvo lugar como consecuencia de la crisis originada por la caída del precio del barril de petróleo (WTI) que paso de aproximadamente 104 USD en junio de 2014 a 35 USD en enero de 2016. Durante esta crisis, la tasa cayó desde su máximo de 32,5% en junio de 2014 a 27,6% en junio de 2016.
La reducción en el número de empleados que aportan al IESS, tras la pandemia, y su baja recuperación es un gran problema para la economía ecuatoriana.
Esta realidad es el reflejo de una baja reactivación del aparato productivo. Pasamos de las restricciones a la movilidad impuestas por el control de la pandemia, a las restricciones operativas de los negocios, empresas y emprendimientos generadas por la inseguridad y la incapacidad del estado de proveer seguridad a los ciudadanos.
La falta de recuperación del empleo formal afecta además a los ingresos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. El ratio de afiliados con relación al número de jubilados se redujo de 8,5 afiliados por cada jubilado en 2014 a 5,5 afiliados por cada jubilado en 2021.
Con el actual sistema solidario, resulta indispensable aumentar el número de aportantes al IESS para mejorar la sostenibilidad del sistema en el tiempo.
La baja reactivación económica y la falta de oportunidades para obtener un trabajo de calidad han generado un nuevo éxodo migratorio. Cientos de miles de ecuatorianos han dejado el país por motivos económicos, y de seguridad, en búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
Según los datos de Ministerio del Interior, en 2021 y 2022 más de 190.000 ecuatorianos salieron del país. Durante este gobierno, entre junio 2021 y marzo 2023, son más los ecuatorianos que tuvieron que migrar para buscar un empleo en el exterior (más de 200.000), que los trabajadores que encontraron un empleo formal en el país (148.000).
El nuevo gobierno deberá fomentar el desarrollo productivo y la reactivación económica, comenzando por un accionar eficiente para proveer seguridad a los ciudadanos. Uno de los roles fundamentales del Estado es el de garantizar la seguridad de las personas, permitiendo, de esta manera, el libre intercambio y el correcto funcionamiento de los mercados.
Resulta indispensable reactivar el aparato productivo mediante incentivos y créditos a intereses bajos. Tenemos que pasar del emprendimiento de supervivencia al emprendimiento innovador y sostenible.
Debemos aprovechar nuestras ventajas comparativas y potenciar nuestras ventajas competitivas, principalmente con una educación de calidad, lo que permitirá incrementar la producción nacional y cubrir nuevos mercados. Todo este accionar permitirá mantener el empleo existente y generar nuevas fuentes de trabajo formal.