Economía y Desarrollo
El empleo se concentra en actividades de baja productividad
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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En 2021, los sectores de comercio (21,9%), manufacturas (12,9%), construcción (7,6%), alojamiento y servicios de comida (7,0%), y transporte y almacenamiento (6,6%), concentraron el 56,1% del empleo en el cantón Quito.
Esto, según datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), en su base anual.
La estructura del empleo es diferenciada entre las parroquias rurales y las urbanas de la capital. En las primeras, el comercio representó el 16,8% del empleo, seguido por la agricultura (15,0%), las manufacturas (13,5%) y la construcción (9,9%).
El empleo en el sector informal en Quito, alcanzó el 27,2%. Sin embargo, en la mayoría de las ramas de actividad con mayor concentración del empleo, la informalidad es aún más alta. En la agricultura representó el 69,3% del empleo, en construcción el 52,4%, en transporte y almacenamiento el 36,4%, en alojamiento y servicios de comida el 34,9%, y en comercio el 31,5%.
A esto se suma que las ramas con mayor participación laboral presentaron los menores niveles de ingreso laboral promedio.
Así, en la agricultura se alcanzó los USD 277 mensuales, seguida de alojamiento y servicios de comida (USD 395), transporte y almacenamiento (USD 412), construcción (USD 423), comercio (USD 552) y manufacturas (USD 559).
En contraste, las ramas de minas y canteras, actividades financieras y de seguros, e información y comunicación, que en conjunto representan apenas el 4,8% del empleo en el cantón, alcanzaron USD 2.375, USD 1.214 y USD 1.041 de ingreso laboral promedio en 2021, respectivamente.
Estas disparidades se profundizaron durante la crisis de 2020, lo que se evidencia al comprar 2019 con 2021, se observa que mientras se redujo el ingreso promedio en agricultura (-41,4%), alojamiento y servicios de comida (-26,4%), transporte y almacenamiento (-19,8%), construcción (-17,4%) y arte, entretenimiento y recreación (-16,8%); el ingreso laboral promedio de actividades financieras, minas y canteras, e información y comunicación aumentó 17,6%, 16,5% y 14,3%, respectivamente.
Es así como se evidencia que la estructura económica de Quito está marcada por brechas de productividad entre los distintos sectores, y que el empleo se concentra en actividades de baja productividad, que son, además, altamente informales y vulnerables ante los ciclos económicos.
Esta realidad se replica en los distintos cantones del país. Entonces, de cara a las próximas elecciones seccionales, es prioritario aterrizar políticas de desarrollo productivo a nivel provincial, cantonal y parroquial, centradas en acceso a financiamiento, tecnología y logística de comercialización, para aquellas actividades que concentran el empleo.
Esto implica, entre otras cosas, abordar la informalidad de manera distinta. Primero, mejorar su productividad y dejar los formalismos para después; no lo contrario, que en la práctica aumenta las barreras para estas actividades económicas.
Y, además, es necesario redistribuir desde aquellos sectores que mantienen altos niveles de ganancia, para reducir las brechas existentes y fomentar un proceso de crecimiento equilibrado, y no acaparador como hasta la fecha.
Si se buscan resultados diferentes no se puede seguir haciendo lo mismo.