Leyenda Urbana
De los estados de emergencia de Correa al Decreto Ejecutivo de Lenín Moreno, la opacidad continúa
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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El Decreto Ejecutivo 861 del presidente Lenín Moreno, emitido el 27 de agosto de 2019, consta de 19 considerandos y dos artículos. Tiene seis páginas. Con él autoriza, con carácter excepcional, el diseño, construcción y operación de una refinería de alta conversión en la región Costa del Ecuador.
El comunicado oficial del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no renovables que daba cuenta del Decreto señala que, a partir de mañana (28 de agosto), las empresas podrán presentar sus expresiones de interés, acorde a los requisitos que constan en el portal del Ministerio: www.recursosyenergia.gob.ec
En efecto, bajo el título de solicitud de expresiones de interés para la construcción de una nueva refinería en Ecuador, se desglosa los requisitos técnicos, antecedentes de construcción y operación, así como requisitos económicos, financieros y legales. Se señala que las empresas tendrán un plazo de 30 días para presentar esta información.
Luego precisa “que las empresas calificadas se someterán a un proceso competitivo y transparente con ofertas técnicas y económicas; sin compromiso ninguno para el Presupuesto del Estado”.
El Decreto llegó luego de que se zanjara una diferencia de criterios entre el ministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables, Carlos Pérez, que buscaba se concesione la Refinería de Esmeraldas y el asesor presidencial Santiago Cuesta que quería se cerrara una parte de la planta (refinación). Finalmente, no se cerrará, sino que se buscará concesionar su administración.
La queja de los esmeraldeños por la contaminación ha devenido en el mayor argumento para buscar que una empresa extranjera venga a producir gasolinas Euro 5. No será licitada por ser inversión privada, dicen.
La obra costaría USD 6.000 millones para procesar entre 200.000 y 300.000 barriles de crudo por día, para cubrir la demanda nacional; no recibirá petróleo estatal.
Y allí estamos, con la invitación hecha y repitiendo, aunque con otra modalidad lo que se hizo en la década pasada cuando las mayores obras de infraestructura se hicieron con decretos de emergencia firmados por Rafael Correa, saltándose las licitaciones, con los resultados de corrupción que no dejan de escandalizar a todos, hasta ahora.
Gobernar por excepción (Decreto) aunque esté previsto en la Constitución no debería aplicar para mega obras como una nueva refinería, por la naturaleza del proceso y el tamaño de la inversión.
¿Es urgente una refinería de alta conversión? Los expertos discrepan; la mayoría dice que no, sobre todo por las condiciones del país. Eso sí, lo que realmente les llama poderosamente la atención son los plazos.
“Con respeto a mi amigo Carlos Pérez, 30 días es un chiste”, dice el exministro de Energía Fernando Santos Alvite, quien advierte que en Estados Unidos y en Europa están en vacaciones o recién regresando a sus trabajos y no tendrán tiempo para presentar sus propuestas. Para el exministro el tiempo mínimo debería ser entre 90 y 180 días.
Justamente la improvisación habría impedido analizar la situación del mercado local como aquella de que apenas se eliminó el subsidio a la gasolina super, la mayoría de los consumidores migró a la extra y a la gasolina eco. ¿Cuánto ha dejado de recaudar el Estado por este concepto? Ojalá cuenten la cifra.
Pero, ¿qué pasa en el mundo? ¿Hoy se construyen más refinerías? El experto y consultor Luis Calero cuenta que en Estados Unidos han pasado de 302 a 135 refinerías. Han optado por las energías alternativas.
Y hay más: la presencia en Esmeraldas del empresario mexicano Bulmaro Delgado Bahena, de la empresa Ingeniería y Construcciones Coliseum S.A., buscando terreno para la obra, dialogando con las autoridades, y dando declaraciones, antes mismo de que se firmara el decreto ejecutivo, provoca suspicacias. En realidad, no aprendemos nada.