Al aire libre
Eliud Kipchoge, cómo tener una vida simple y feliz
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Cuántas preguntas le hacen a Eliud Kipchoge, el mejor maratonista de todos los tiempos y único ser humano en bajar las dos horas en los 42 kilómetros.
¿Qué comes? ¿Cómo era tu niñez ¿Qué tienes que corres tan rápido y con tanta resistencia?
Yo le preguntaría:
¿Qué te empuja a salir al aire libre, qué clave hay para que se enganche todo el mundo con el deporte?
"En la vida, la idea es ser feliz, dice Eliud, yo creo en una vida de bajo perfil, calmada y simple. Vive simple, entrena duro y ten una vida honesta. Entonces eres libre".
Debe ser como aprender música. Yo fui profesora de música y lo que enganchaba a los niños era jugar.
Podía ser el juego básico que das la vuelta alrededor de las sillas hasta que la música se pare, o pequeñas coreografías, mímicas y otros juegos que los transportaban a historias y a apreciar la música.
Me acuerdo de un niño autista al que le encantaba una pieza de sonidos espaciales y nos sentábamos a hablar de cohetes.
¿Cómo se enseña a leer libros? Empiezas con cuentos de hadas, con fantasía, luego con historias de héroes que inspiran. ¿Por qué nos impresionó tanto el Viejo y el Mar con su persistencia, dolor y lucha? Por eso mismo.
Eliud Kipchoge nos habla de consistencia, la palabra mágica de todo deporte. Y de dedicación.
Él se propuso correr en menos de dos horas la maratón en 2017, pero se pasó 25 segundos. Impresionante para el mundo entero, pero no logró lo que se había propuesto.
Según él, fue la base para romper la barrera de las dos horas en 2019. Corrió a 2:50 minutos el kilómetro durante los 42 kilómetros.
"Se logra buen resultado con el equipo correcto, el entrenador correcto y los auspiciantes correctos, dice Eliud. Todo ese apoyo estuvo conmigo. Tener fe y creer que lo vas a lograr y nunca perder un entrenamiento, terminarlo bien, con energía y una sonrisa. Tener paz en la mente. Todo junto me dio chance de reducir las dos horas".
Su película 'The Last Milestone' está a la venta, solo ver el tráiler ya me da piel de gallina.
Según Tom Reynolds de BBC Sport, Patrick Sang, su actual entrenador, lo descubrió cuando tenía 18 años. Para Eliud correr era obligatorio porque iba y volvía de la escuela corriendo. Era como un juego.
Ahora que tiene 36 años y es millonario, sigue en Kenia y vive de forma casi espartana, de lunes a sábado, en su centro de alto rendimiento de Kaptagat, con alrededor de 30 atletas entre hombres y mujeres, un campo inmenso, donde correr es como una religión.
Se levantan de madrugada, corren, desayunan. Si es el día de limpieza, todos limpian, incluso él. O se toman un descanso. Almuerzan, masaje y a las 16:00 el trote de recuperación, té, relax y a dormir. Así de simple.
En una de las paredes del comedor del centro está la frase: "El viaje de dos mil millas empieza con un paso".
Cuando cumplió su meta de 1:59 dijo que, como celebración, quería tomarse una taza de té. Sus amigos y familia protestaron, pero Eliud Kipchoge no quiere dejar de ser el hombre simple y sencillo que ha sido siempre.
"El viaje de dos mil millas empieza con un paso".
Tiene una finca con animales, "es bueno estar con ellos, -dice Eliud- especialmente después de entrenar; vas a ver a tus animales y te sientes relajado. Te refrescan la mente".
Cuando corre la larga con su equipo, se les une un grupo de 50 corredores del pueblo y visitantes que tratan de probarse junto al campeón. Terminan pocos, cinco o menos.
Estoy leyendo el libro 'Correr por un Propósito Mayor - 8 pasos para estar fit en cuerpo y espíritu'. Su autor, Thomas Paprocki, el obispo corredor dice que "a pesar de mi horario complicado, encontraba tiempo para correr. Pero, tal vez es más apropiado decir que gracias a que encontraba tiempo para correr, podía cumplir mi complicado horario".
"Eliud no ha faltado jamás a un entrenamiento - dice su coach, ni uno solo, en los 20 años que lo conozco".
Solo una vez se lesionó y no pudo asistir a los Juegos Olímpicos de Londres. Desde entonces cada vez que siente cualquier cosa, va donde su fisioterapista, Peter Nduhio, para anticiparse a la lesión. Peter dice: si tú cuidas tu cuerpo, tu cuerpo te trata bien; si abusas de éste, entonces te fallará.
No quiero fama, solo inspirar –sentencia Eliud Kipchoge.