El Chef de la Política
En esta ocasión, el voto nulo no es una opción
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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Cuando un elector anula el voto, está expresando una preferencia negativa respecto a las que propuestas que están en oferta. Por tanto, no quiere decir que el votante no tiene una opción que le mueva a votar positivamente, sino simple y llanamente que las que están a su disposición en el mercado electoral le resultan indiferentes.
Si no me gusta Noboa y tampoco me agrada González, entonces anulo el voto. Ese sería el razonamiento en el caso de la segunda vuelta ecuatoriana. No obstante, hay ocasiones en las que los defensores del voto nulo deberían detenerse a pensar si efectivamente vale la pena tomar esa decisión.
En efecto, aunque desde la perspectiva de las libertades no hay objeción alguna respecto a quienes desean anular el voto, algunas razones relacionadas con el futuro colectivo del país podrían afectar esa decisión, al menos en la coyuntura actual.
Hay que decirlo claramente, las posiciones ideológicas de Noboa y González son distintas. En lo económico plantean salidas a la crisis del país por diferentes vías. Ahí se encuentran dos modelos de crecimiento y desarrollo diversos y que, como consecuencia de ello, podrían llevar al país por cauces contrapuestos.
En lo social, el razonamiento es parecido al anterior. Aunque los dos desean disminuir las brechas existentes, los medios para hacerlo son disímiles. Una receta es la que aplicaría Noboa y otra es la que pondría en vigencia González.
En cuanto a política nacional e internacional, tampoco quedan dudas de las miradas distintas de los dos presidenciables. A lo dicho hay que sumar las diferentes orientaciones de los presidenciables en cuanto al control de la inseguridad que vive el país.
Por lo dicho, si la convivencia cívica del país va a cambiar de forma considerable en función de que sea Noboa o González quien gane la elección del próximo domingo, quien piensa votar nulo, quizás termina apoyando a que la opción que más rechazo le genera sea la que lo gobierne.
En otras palabras, bajo el contexto y circunstancias actuales, votar nulo quizás es la peor elección para el propio votante que se encuentra empeñado en asumir esa posición.
El argumento anterior se fortalece aún más por la evolución de las intenciones de voto en favor de Noboa y González.
Al parecer, a pocos días de la elección, las distancias se han acortado y la presidencia está para cualquiera de los dos. Si esto es así, quien está la línea de votar nulo debería pensar que su decisión puede ser definitiva para inclinar la balanza en favor de uno u otro candidato.
Paradójicamente, cuando la lectura original que se da al voto nulo es de rechazo a las propuestas existentes, en este particular caso se podría interpretar, luego del próximo domingo, que ese tipo de sufragio es el que terminó colocando a Noboa o González al frente de los destinos del país.
Con lo dicho, quizás es preferible que quien está pensando en votar nulo haga una decisión positiva en favor de Noboa o González. Cualquiera de los dos. El que menos desafectos le genere. El que menos desconfianza le suscite. El que menos tensiones con su conciencia le alimente. Uno u otro.
Si los argumentos expuestos no son suficientes, la coyuntura de transición que vive el Ecuador es otro elemento para tomar en cuenta antes de votar nulo. A pesar de que se podría pensar que se elige un Jefe de Estado "solo" por año y medio, en realidad lo que haga el elegido o elegida será clave para los siguientes cuatro años de gobierno.
En alguna medida, la llegada de Noboa o González puede sentar las bases para lo que suceda en la elección de 2025 y eso, incluso a quiénes están pensando en votar nulo, debería preocupar.
Si ahora Noboa no me gusta y voto nulo, quizás mi decisión ayuda a que Noboa no esté solo hasta 2025 sino hasta 2029. Si ahora González no me gusta y voto nulo, quizás mi decisión ayuda a que González no esté solo hasta 2025 sino hasta 2029.
¡Qué grave que el candidato que, entre los dos, más me disgusta pueda quedarse por más de cinco años en el poder!
Esa posibilidad existe y, para aportar al país, una alternativa que tiene el votante nulo está en indagar las propuestas de Noboa y González, sus eventuales equipos de gobierno y a partir de eso, desafortunadamente hay que decirlo, decidir en favor del candidato que le parezca menos nocivo tanto para sus propios intereses como para los del país.
Votar nulo es un derecho ciudadano y es una forma de expresar rechazo hacia las opciones existentes. Efectivamente, así es y esa decisión es respetable. No obstante, hay ocasiones en las que quien piensa votar nulo debe hacer un ejercicio profundo para elegir entre algunas de las candidaturas existentes. Quizás en función de la que menos desagrado le genere. Esa posición, que no es fácil de asumir para el que piensa votar nulo, debe considerar que su voto afirmativo en las circunstancias que vive el Ecuador puede llegar a ser decisivo.
El próximo domingo, el voto nulo que se convierte en sufragio a favor de Noboa o González puede marcar el derrotero del país.
Hay ocasiones como esta en las que evitar el voto nulo a cambio de un voto estratégico, puede ser la mejor forma de aportar a una convivencia social más auténtica.