Dato y Relato
Las elecciones que nos dejarán sin sueño en 2024
Ph.D. en Economía Universidad de Boston, secretario general del FLAR y docente de la UDLA. Ex gerente general del Banco Central y exministro de finanzas de Ecuador, y alto funcionario de CAF y BID.
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Los ciudadanos latinoamericanos no están tan satisfechos con la democracia. Según el Latinobarómetro, solo el 48% de las personas apoyan la democracia como régimen político, en comparación con el 63% hace una década.
Con algunas excepciones, la democracia no está cumpliendo su promesa de generar oportunidades y mejores condiciones para mejorar la vida en la región.
La falta de confianza en la democracia está creando un entorno político donde el populismo, el nacionalismo y el extremismo, especialmente de derecha, se están propagando en toda la región.
Esto es especialmente importante para América Latina, que estará enfrentando un súper ciclo de procesos electorales en 2024. El año que termina ya cerró con la sorpresiva elección del presidente Milei en Argentina. No se puede descartar que el próximo año se den otros resultados electorales inesperados.
Entre las elecciones más significativas, tendremos las de México (junio), que con alta probabilidad elegirá a la primera presidenta en su historia, algo no menor en un país famoso por sus estereotipos machistas.
Claudia Sheinbaum, del partido del actual presidente López Obrador, arrasa en las encuestas con 57% de la intención de voto. Le sigue la opositora Xóchitl Gálvez, con 27%. En cualquier caso, será una mujer la que lidere México.
La agenda seguirá focalizada en la relación con los Estados Unidos, alrededor de temas como migración, drogas, seguridad y comercio. Esto es válido tanto con una administración republicana como demócrata en su vecino del norte.
Otras elecciones con notas interesantes se darán en tres de las economías más dinámicas y estables en la región:
República Dominicana (julio) probablemente reelija a su actual presidente, Luis Abinader. Las más recientes encuestas le dan el 55% de las preferencias, frente al expresidente Leonel Fernández con el 27%.
La actual administración está cosechando una serie de resultados económicos positivos: entre 2022 y 2023, su PIB creció a un promedio de 4% anual, más del doble que América Latina; lidera en atracción de turismo e inversión extranjera directa; su tasa de pobreza bajó a 21%.
Uruguay (noviembre) también irá a las urnas. Aún no se definen candidaturas ni alianzas, pero los últimos sondeos muestran una situación competitiva entre los partidos de la actual coalición de gobierno con un 45% de los votos y el izquierdista Frente Amplio con un 42%.
Habrá que ver quiénes son los candidatos, pero la política uruguaya da sana envidia a muchos países de la región y fuera de ella. Pese a las importantes diferencias ideológicas, con independencia de quién gane las elecciones (izquierda o derecha), no se esperan grandes sorpresas económicas en el manejo económico.
Panamá (mayo) es una incógnita. Después de Guyana, cuya economía se disparó con la explotación y exportación petrolera, Panamá tiene el crecimiento más alto de América Latina, pero su panorama económico se ha ensombrecido por la terminación del contrato de concesión con la empresa Minera Panamá.
El cierre de la más importante operación minera del país dejará un hueco fiscal y externo enorme. Pese a todo esto, Panamá mantiene su grado de inversión y tiene uno de los riesgos país más bajos de la región.
El expresidente Ricardo Martinelli, condenado a prisión por casos de corrupción, lidera las encuestas con un 37%, mientras que sus competidores no superan el 10%. Si es inhabilitado para participar en las elecciones, es probable que su esposa, Marta Linares, binomio vicepresidencial de Martinelli, tome la posta. El resultado es incierto.
Otro caso interesante será el de El Salvador, que tendrá elecciones en febrero. El presidente Bukele buscará la reelección. Para muchos, esta candidatura es inconstitucional, pero es innegable que goza del respaldo popular con más del 90% de la intención de voto, algo inédito en la región.
El proceso electoral salvadoreño traerá a la mesa de discusión el debate sobre su estrategia de seguridad, democracia, autoritarismo, y, por supuesto, la adopción de bitcoin como su moneda de curso legal.
Voy a parar aquí, dejando a un lado el caso más incierto y controvertido de Venezuela, que tiene previsto ir a las urnas en diciembre, aunque nada está definido.
Sin embargo, las elecciones con mayor impacto para América Latina serán las presidenciales en Estados Unidos, que se realizarán en noviembre. De enfrentarse Biden y Trump, será la primera vez que la suma de edad de los candidatos finalistas supere los 160 años.
Hay varios factores inciertos en dicha elección y nada está dicho todavía, pero sin duda serán las que mantengan sin sueño a muchos analistas políticos y económicos en 2024.