Efecto Mariposa
Hay que actuar ya frente a El Niño porque está en riesgo la gente
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
Actualizada:
Según la oficina climática de la ONU, la intensidad y la naturaleza de los efectos del fenómeno de El Niño no son del todo predecibles, pero se esperan eventos climáticos extremos y dramáticos alrededor del mundo.
En Ecuador el nivel de precipitaciones aumentará y se esperan inundaciones.
Franklin Ormaza, investigador de la ESPOL, advierte que tendremos lluvias dos o tres veces más intensas que las que vivimos en el pasado invierno y que El Niño, sin importar su intensidad, "hará pedazos a Ecuador".
De volverse realidad ese escenario, uno de los sectores más afectados será el agrícola, y esto se reflejará en escasez de alimentos, con el consecuente aumento de precios.
Bajo un escenario así, habrá más personas en Ecuador pasando hambre o comiendo lo mínimo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Ecuador más de seis millones de personas experimentan inseguridad alimentaria, es decir, no pueden acceder a alimentos inocuos y nutritivos de manera constante.
En ese grupo, el 35 % ha pasado uno o varios días sin alimentarse. El resto ha tenido que reducir la cantidad de alimentos que consume o saltarse comidas debido a la falta de dinero.
Ante la amenaza de El Niño, hace varios meses organismos, como la FAO, han emitido alertas tempranas para que los países tomen acciones y abastezcan sus reservas alimentarias.
La FAO ha sugerido, por ejemplo, importar alimentos para cubrir su desabastecimiento, y evitar que más personas corran el riesgo de padecer hambre.
Ecuador tiene un plan estratégico para reducir el hambre y la malnutrición, periodo 2023-2027, temas estrechamente relacionados con la seguridad alimentaria.
A pesar de la existencia del plan, con objetivos y metas que apuntan a que en Ecuador haya Hambre Cero, parece cada vez más lejana la posibilidad de que los ecuatorianos tengamos tres comidas diarias, con alimentos inocuos y nutritivos, no solo por El Niño, sino también por el caos político, ya de carácter permanente, que vivimos.
A pesar de las advertencias de que El Niño nos puede complicar, parece que aquí nada pasa, o más bien pasa tanto que no se sabe qué resolver y, encima, hay quienes aprovechan el desorden.
Para tener una noción de lo que podría pasar, y quitarse la falsa idea de que este artículo es fatalista, basta ver lo que estamos viviendo ahora con el arroz.
No se sabe si El Niño ya llegó, pero algunos se están adelantando para sacar provecho de la desgracia, a pesar de que ofrecieron que íbamos a tener arroz hasta octubre.
Aunque hasta el momento en el que terminé de escribir este artículo no había claridad sobre las verdaderas razones del incremento del precio del arroz y de la escasez del producto, un sector dice que es por el fenómeno de El Niño.
Así, asumiendo que el problema del arroz es por El Niño, no parece muy efectivo que la Intendencia haga controles para evitar la especulación en los mercados y en las piladoras de arroz, que obviamente esperan a las autoridades con las bodegas vacías.
Imaginemos que llegaran a subir fuertemente los precios de los productos que más consumimos, no habrá control que aguante y, simplemente, no será posible comprar alimentos y el número de ecuatorianos que pasará días sin comer aumentará.
Según algunos especialistas, el fenómeno de El Niño afectará la producción de arroz, maíz, café, cacao, frutales y banano.
Con la llegada de El Niño, es evidente que la seguridad alimentaria de millones de personas está en riesgo, y esto no solo atenta contra el derecho a la alimentación, que fue reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, sino que también pone en peligro la salud de la población, así como la economía del país.
La seguridad alimentaria es prioritaria y urgente, porque implica personas experimentando una de las condiciones más dolorosas y degradantes para el ser humano: pasar hambre.
Incluso en medio del desbarajuste y de las despedidas, hay temas que no pueden congelarse y deben ser atendidos por el Gobierno saliente, no para que el nuevo Presidente no se arrepienta el primer día de haber cometido la locura de haber sido candidato, sino por los millones de ecuatorianos que están en riesgo.
Más allá de los desafectos políticos, están en juego la integridad, la dignidad y hasta la vida de los ecuatorianos.
A la espera de la llegada de un fenómeno climático, se debería trabajar a partir de ahora desde la resiliencia, y tomar acciones para construir sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos.
Es hora de abandonar esa mala costumbre de reaccionar a última hora y de manera improvisada, solo cuando las tragedias, algunas anunciadas, se presentan.