El efecto Iza: apagando la economía
Director de Estudios Económicos y Estadísticos de la firma Inteligencia Empresarial.
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Luego de varios días del paro nacional, convocado por Leonidas Iza, el empleo y la economía de las empresas y de los hogares empiezan a sentir el golpe.
Aunque esta jornada de protestas ha sido menos violenta que la de octubre 2019, lo cierto es que también ha resultado en graves actos delincuenciales y de vandalismo: vías obstaculizadas, secuestro de policías, atentados contra empresas públicas y privadas, extorsiones, etcétera.
Como se ha dicho en otras ocasiones, la política espera, pero la economía no. Mientras Iza y la Conaie siguen en su aventura de tumbar gobiernos, el resto de los ecuatorianos sufre las consecuencias del paro nacional:
- Pérdidas en ventas. El sector empresarial reporta pérdidas en ventas por alrededor de USD 10 millones por día de paralización. Existen comercios que deben cerrar porque se encuentran en la zona de los disturbios, mientras otros deciden cerrar simplemente por miedo. Pequeños productores de perecibles no solo dejan de vender, sino que su inventario de productos se deteriora.
- Efecto en el empleo. Es difícil creer que habrá despidos masivos por unos días de manifestaciones. Ese no es el problema. El problema es que de aquellos ecuatorianos que tienen empleo, alrededor de cuatro millones son informales. Es decir, la mayoría de ellos probablemente no trabaja bajo un esquema de salario fijo, sino más bien por jornadas de trabajo o viven del día a día. Un día de paralización para ese trabajador significa un día menos de ingresos. No se pierden puestos de trabajo formales, se pierden horas de trabajo remuneradas.
- Aumento de precios. El bloqueo de vías por parte de los manifestantes ha ocasionado que el precio de ciertos productos, especialmente de los alimentos, se dispare. Los conductores que distribuyen estos productos tienen que tomar vías más largas elevando los costos. Si esto continúa, algunos bienes escasearán y aumentará aún más su precio.
En resumen, el efecto Iza es real y empieza a apagar la esperanza de recuperación económica, en especial la de los sectores socioeconómicamente más vulnerables. Una vez más, todos terminaremos pagando la factura del paro nacional.